En el invierno, la piel tiende a deshidratarse y a resecarse por el frío, por los cambios de temperatura y por el viento. Para evitarlo, elige productos cuyos ingredientes te protejan de las
agresiones ya descritas.
Utiliza limpiadores en leche, mousse o gel que contengan ingredientes como ceramidas porque contribuyen a
restaurar la barrera cutánea y evita la pérdida de agua; manteca de karité para aliviar las zonas agrietadas de la piel y protegerla contra las agresiones del invierno; y glicerina porque actúa como humectante y proporciona flexibilidad en la piel.
Es aconsejable usar dos tipos de sérum: ácido hialurónico porque aporta hidratación a la piel y también ayuda a combatir las líneas de expresión; y vitamin B3 o niacinamida porque ayuda a calmar y a reparar la barrera cutánea, mejora la textura y reduce las rojeces.
Opta por productos que contengan, además de ácido hialurónico, glicerina, ceramidas, manteca de karité y urea. Esta última hidrata, suaviza y ayuda a reparar la piel que se descama.
Utilízalo todos los días, aunque no salgas de la casa y pese a que esté nublado o lloviendo.