Todos los días del año, tanto en la mañana como en la noche. Si realizas ejercicios físicos, es aconsejable que también limpies tu rostro una vez finalizada esta actividad, especialmente si sudas mucho.
Opta por los limpiadores en gel, espumas y aguas micelares. También hay formatos en barra.
Utiliza limpiadores con ácido salicílico porque ayuda a purificar los poros.
Utiliza productos que contengan sebo reguladores como, por ejemplo, monolaurina porque ayuda a
controlar el exceso de sebo y brillo de la piel.
Si estás tomando medicamentos, seguramente notarás que tu piel se torna más sensible, por lo tanto, te recomendamos limpiadores suaves que contengan agua termal u otros activos calmantes.