Para todo tipo de piel es imprescindible realizar diariamente estas 3 acciones básicas: limpiar, hidratar y finalizar con fotoprotección (cuando se realiza de día).
Utiliza limpiadores de tipo espumoso, ojalá contengan ácido salicílico. Continúa con productos hidratantes, pero de textura ligera para evitar
el exceso de brillo. Finaliza con un fotoprotector con textura tipo gel de rápida absorción. Además, puedes exfoliarte la piel 1 o 2 veces a la semana.
Aplícate limpiadores de tipo lechoso o aceitoso. Los productos para la hidratación debieran ser de textura más untuosa para aportar con el déficit lipídico. Utiliza el fotoprotector de tu agrado. Además, 1 o 2 veces a la semana, puedes aplicarte una mascarilla hidratante que le aporte más nutrición a tu piel.
Utiliza limpiadores suaves de tipo gel o espumoso, la hidratación también es indispensable para mantener la humedad de la piel y, además, fotoprotección de la textura de tu preferencia.
Procura que todos los productos que vas a utilizar estén testeados dermatológicamente, sean hipoalergénicos y que contengan activos calmantes para pieles sensibles. Además, evita los productos que contengan alcohol. Usa protector solar de tipo mineral. Para compensar los síntomas, puedes usar agua termal.