Es verano y los paseos a la playa o el campo son ocasiones en que estamos más expuestos a las picaduras de insectos. Si a un adulto el zumbido de un zancudo no lo deja dormir, en el caso de un niño la molestia puede ser peor, porque una picadura puede provocarle ronchas y una piel irritada e inflamada por varias horas.
La reacción inflamatoria de la piel de los niños más pequeños por las picaduras de pulgas o zancudos, u otras alimañas que se encuentran en el entorno de campings, cabañas o la propia casa, se debe a que su sistema inmune aún está en desarrollo.
Piel sensible y alergia
“El organismo de los niños menores de cinco años aún está en proceso de maduración y si, además tienen una carga genética atópica -como uno o ambos padres o abuelos con esa condición- o tendencia alérgica con rinitis, asma o dermatitis atópica, es frecuente que su piel sea muy sensible y reaccione a las picaduras de insectos con una respuesta inmunológica de hipersensibilidad”, dice el Dr. Rodrigo de la Parra, dermatólogo y profesor adjunto de la U. de Chile.
Si la primera picadura de un insecto provoca alergia en la piel de un niño, los siguientes eventos pueden gatillar reacciones cutáneas más intensas y extensas. “Provocan una cadena de respuesta inmunológica que se manifiesta con edema, es decir hinchazón y enrojecimiento, junto con ardor y picazón”, describe el dermatólogo. Eso explica que una picadura en un párpado pueda provocar que el ojo se inflame y cierre por 24 o hasta 48 horas, lo que si bien es molesto, no produce daño ocular.
Prevención
Mantener a los zancudos y pulgas alejados de la casa o de la carpa -si estás de camping- y sobre todo de los niños es la primera medida de prevención. El dermatólogo dice que en el caso de los repelentes de insectos estos productos se sugieren solamente para menores con piel sensible, o para quienes viajan a zonas tropicales donde la picadura de mosquitos puede transmitir enfermedades complejas como el dengue, fiebre amarilla o malaria. En tanto, para familias con niños que viven en el campo o la playa, es aconsejable cubrir las ventanas con malla mosquetera.
El especialista también sugiere aplicar en la ropa de los más pequeños perfumes con aroma a limón y, por las noches, colocar hojas de albahaca fresca en el velador porque ambos aromas alejan a los insectos voladores. En el caso de las pulgas, es recomendable fumigar la casa por dentro y por fuera una vez al año. Además de aplicar tratamientos parasitarios externos una vez al mes a las mascotas de la casa.
Manejo de alergia y heridas
En tanto, el manejo de la piel sensible de niños por picaduras de insectos puede considerar el uso de medicamentos antialérgicos como desloratadina o levocetirizina, “siempre con indicación médica, en una dosis según el peso del niño y por un tiempo que el médico determinará en la consulta”, señala el profesional.
En el caso de los niños más pequeños que se rascan y sacan las costras por heridas de picaduras, su médico pediatra tratante puede evaluar el uso de corticoides y antibióticos de uso tópico “como gentamicina o clorafenicol, entre otros, para prevenir la infección de las heridas”, finaliza el Dr. de la Parra.
Recuerda que los niños con piel sensible pueden presentar una reacción alérgica ante la picadura de insectos. Las medidas de manejo son mantener alejados a los bichos y tratar la alergia según indicación médica.