El esmaltado permanente es una solución para lucir uñas brillantes e impecables, sin tener que pintarlas una y otra vez, ya que pueden durar hasta tres semanas.
Pero este tratamiento cosmético tiene un margen de riesgo, sobre todo si se realiza de manera frecuente porque los químicos o productos utilizados para el esmaltado y su remoción, como gel, acrílico y acetona, pueden generar daños a corto plazo y también deterioro acumulativo en las uñas y en la piel de manos y pies.
Debilitamiento de las uñas
“Los solventes para la remoción eliminan no solo el esmalte, sino también los aceites naturales y la humedad de la uña, lo que puede deshidratarla, volverla más frágil y quebradiza. Con el tiempo, esto lleva al adelgazamiento de la lámina ungueal, que puede comenzar a descamarse o dividirse en capas, un fenómeno conocido como onicosquizia”, dice el Dr. Rubén González, dermatólogo de Clínica Dermatológica Piel.
Deformidad e infecciones
Además, el mecanismo del raspado durante la remoción del esmalte puede debilitar aún más las uñas, “aumentando el riesgo de que se separe del lecho ungueal, lo que se conoce como onicólisis”, precisa el dermatólogo sobre este riesgo, que deja a la uña más vulnerable a infecciones por hongos o bacterias, como la onicomicosis o la paroniquia.
“El raspado constante, especialmente cerca de la base de la uña, puede dañar la matriz ungueal, lo que afecta el crecimiento normal de la uña y puede provocar deformidades. También es posible que algunas personas desarrollen dermatitis de contacto, manifestada como irritación, enrojecimiento o inflamación de la piel que rodea la uña, debido a la exposición continua a estos químicos”, detalla el especialista.
Otro riesgo asociado a este tratamiento cosmético es el daño en la cutícula, “ya que la exposición repetida a productos químicos fuertes, como la acetona, puede resecar y dañar esta zona que protege la base de la uña”, explica el Dr. González.
Secado con luz UV
El procedimiento de esmaltado permanente considera el uso de lámpara de luz UV para el secado final. Cuando se realiza de manera frecuente, la exposición a los rayos UV puede aumentar el riesgo de envejecimiento prematuro de la piel, causando manchas, arrugas y adelgazamiento de la piel en las manos. “Aunque el riesgo es bajo, también existe la posibilidad de un aumento en el riesgo de cáncer de piel a largo plazo, especialmente en personas que se someten regularmente a este tipo de tratamiento sin protección”, indica el dermatólogo.
En el caso de las uñas, la luz UV puede contribuir a debilitar la lámina ungueal, ya que la exposición repetida puede deshidratar las uñas y dejarlas más frágiles. “Por este motivo, se recomienda usar protector solar en las manos antes de usar la lámpara, o guantes protectores con las puntas de los dedos descubiertas”, aconseja el especialista.
Cuida tus uñas y manos
Por último, el Dr. Rubén González sugiere los siguientes tips de prevención, para quienes utilizan esmaltado permanente y para la salud de uñas y manos.
tomar periodos de descanso entre una y otra aplicación, para permitir que las uñas se regeneren y no se vuelvan frágiles.
Recuerda que el uso desmedido de esmaltado permanente puede provocar diversos daños a las uñas, como debilitamiento, infecciones y enfermedades como dermatitis de contacto.