Si de pronto te aparecieron manchas o placas de la piel rugosas y ásperas, rojizas o café, en zonas expuestas al sol como rostro, brazos o manos, debieras consultar a un dermatólogo porque pueden ser signos de queratosis actínica. Se trata de una lesión cutánea causada por la exposición crónica al sol que, de no tratarse, podría dar paso a cáncer de piel.
Se estima que entre el 5% y 10% de estas lesiones pueden progresar a un tipo de cáncer llamado carcinoma de células escamosas, por lo que es un factor de riesgo oncológico.
El Dr. Rubén González, dermatólogo de Clínica Dermatológica Piel, explica que cuando pasa a riesgo oncológico, algunas de estas células pueden evolucionar incrementando su tamaño y grosor.
Grupos de riesgo
“Este tipo de lesiones son bastante comunes, especialmente en personas mayores de 40 años y su prevalencia aumenta con la edad y con la cantidad de exposición solar acumulada. Las personas de piel clara, que han pasado mucho tiempo al sol sin protección, o que han tenido quemaduras solares repetidas, son más susceptibles a desarrollar queratosis actínica”, dice el dermatólogo.
La importancia de prevenir
Por cierto, la medida más efectiva para prevenir las lesiones de queratosis actínica es la protección solar. Algunas de las medidas más eficaces incluyen:
“Estas medidas no solo ayudan a prevenir la queratosis actínica, sino también el envejecimiento prematuro y otros tipos de cáncer de piel”, acota el Dr. Rubén González.
Tratamientos
En tanto, para quienes ya presentan este tipo de lesiones, existen diversas y efectivas terapias dermatológicas. Su elección dependerá de la cantidad de lesiones, su ubicación y el tipo de piel del paciente.
Ente ellas destacan la crioterapia, que es la aplicación de frío extremo con nitrógeno líquido, medicamentos tópicos como cremas o geles que ayudan a eliminar las lesiones (5-fluorouracilo, diclofenaco o ingenol mebutato, entre otros) y terapia fotodinámica, que consiste en aplicar una crema fotosensibilizante sobre la lesión, para luego exponerla a una fuente de luz que activa el medicamento y destruye las células dañadas, entre otros tratamientos.
Recuerda que la exposición crónica al sol puede provocar queratosis actínica, lesiones precancerosas que si no se tratan pueden dar paso a cáncer de piel.