Las carnes rojas, embutidos, interiores (como hígado, sesos, riñones), quesos amarillos, mantequilla, cremas, son algunos de los productos con mayor aporte de colesterol malo (LDL), por lo tanto, sería lógico creer que si una persona los destierra completamente de su dieta, tendría controlados sus niveles de colesterol. Sin embargo, no necesariamente es así.
Mauricio Ríos, nutricionista y académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, explica que si bien vegetarianos y veganos podrían mantener niveles adecuados de colesterol por el tipo de alimentación que consumen, existen otros factores que podrían alterar su perfil lipídico: hipercolesterolemia familiar, condición genética que predispone a mantener elevados los niveles de colesterol; y el consumo de alimentos altos en ácidos grasos saturados (aquellas grasas que elevan el colesterol LDL) y ricos en azúcares (aquellos que elevan los niveles de triglicéridos), entre otros.
El académico de la UC agrega que no todos los productos altos en ácidos grasos saturados son de origen animal, como suele creer la mayoría de las personas, ya que existen varios productos que también los contienen, ya sea por una condición natural del alimento o por su elaboración. Algunos ejemplos:
“Lo ideal es que las grasas saturadas no superen el 6 % de las calorías totales, es decir, si tengo una ingesta de 2500 calorías al día, sólo 150 deben ser aportadas por este tipo de grasas. Por eso es aconsejable observar los sellos y leer los etiquetados de los alimentos”, señala.
En relación al azúcar, aunque ésta no impacta directamente en los niveles de colesterol, sí tiene relación con los niveles de triglicéridos. Es importante no consumirla en demasía porque favorece el incremento de peso, lo que genera un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares.
Muchas frutas y verduras
Por último, el profesional señala que el hecho de consumir muchos cereales, granos, productos integrales, frutas y verduras, ayuda a evitar el aporte de colesterol por la vía de la alimentación. Sin embargo, advierte que no es “llegar y ser vegetariano o vegano de un día para otro” ya que es fundamental evaluar qué nutrientes se logra cubrir con este tipo de alimentación y cuáles habría que suplementar.
Recuerda balancear el consumo de frutos secos, hortalizas, granos y legumbres y evitar productos altos en ácidos grasos saturados, que provengan de productos procesados.