Más frecuente en personas adultas de piel sensible y blanca, intolerante al sol y de origen anglosajón, la cuperosis se manifiesta con un rostro siempre enrojecido. El Rey Carlos III de Inglaterra es un ejemplo de esta condición.
Diferencias con la rosácea
Es oportuno precisar que la cuperosis es una condición y no una enfermedad, por lo que se debe diferenciar de la rosácea, patología con la que solo comparte el síntoma distintivo del enrojecimiento facial, debido a la dilatación de los vasos capilares del rostro. “La cuperosis, o eritrosis, es la condición de las personas que siempre tienen su cara rosada, pero que no llegan a desarrollar rosácea”, aclara el Dr. Rodrigo de la Parra, dermatólogo y profesor adjunto de la Universidad de Chile.
Cabe recordar que la rosácea es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel del rostro, que tiene variantes en cuanto a su complejidad y alcance, la cual se manifiesta con las llamadas arañas vasculares rojizas (telangiectasias) como uno de sus síntomas distintivos. “En cambio, la cuperosis es una condición específica de enrojecimiento facial. Por lo tanto, no todas las personas ‘coloraditas’ tienen rosácea, porque el rubor también se debe a otras causas, incluidas los efectos secundarios de algún medicamento”, dice el dermatólogo.
Entre las causas asociadas al desarrollo de cuperosis, se consideran los antecedentes familiares, el estrés, factores ambientales como exposición al sol sin protección y a fuentes de calor o cambios repentinos de temperatura, lo que favorecería la contracción y dilatación de los vasos capilares.
Manejo: evitar fuentes de calor
En general, indica el dermatólogo, en el manejo de la condición del rostro enrojecido, sea cuperosis o rosácea, es importante considerar los siguientes cuidados:
Opciones de tratamiento médico
“La cuperosis es una condición crónica que se puede controlar y aliviar con las medidas ya mencionadas. En algunos casos también se puede indicar algún medicamento tópico. Otra opción de tratamiento es la técnica láser para eliminar los vasos capilares dilatados que provocan el enrojecimiento facial. Reitero que es una condición crónica que no se cura a corto plazo, pero sí se puede tratar y manejar con éxito a largo plazo”, concluye el Dr. Rodrigo de la Parra.
Recuerda que la cuperosis afecta principalmente a personas de piel blanca y sensible. Aunque es crónica, se puede controlar con medidas como evitar las fuentes de calor, el estrés y la exposición al sol sin protección.