Para muchos es difícil resistirse a un bistec con papas fritas al almuerzo, o a una masa dulce por la tarde. Sin embargo, hay que tener cuidado con el consumo excesivo de estos productos porque producen un efecto inflamatorio en el organismo, en particular en el sistema cardiovascular.
Los alimentos inflamatorios contienen sustancias dañinas para el organismo, como azúcares refinadas y grasas saturadas, que desencadenan respuestas bioquímicas en el cuerpo que favorecen los procesos inflamatorios crónicos y el deterioro de arterias, vasos sanguíneos y el corazón.
Inflamación crónica de impacto cardiovascular
Mauricio Ríos, nutricionista y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, explica que el organismo se inflama como una respuesta natural de defensa, luego vuelve al equilibrio y se desinflama. Sin embargo, debido a la acción de sustancias nocivas presentes en los alimentos inflamatorios, el proceso inflamatorio se prolonga y si este persiste, se asocia a enfermedades cardiovasculares.
“Cuando permanece el estímulo que dispara el proceso, la inflamación puede hacerse crónica y contribuir al desarrollo de enfermedades como diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión. En estas enfermedades, los ácidos grasos saturados, las lipoproteínas y los agregados proteicos -que se encuentran en los alimentos inflamatorios- disparan la respuesta inmunitaria y producen inflamación que, como no se pueden eliminar fácilmente, perpetúan la respuesta y contribuyen con la persistencia de la enfermedad”, describe Mauricio Ríos.
Alimentos que inflaman el sistema cardiovascular
Los siguientes alimentos inflamatorios de consumo masivo son los que provocan un mayor impacto y deterioro en el sistema cardiovascular:
“Estos últimos, de consumo muy frecuente, están asociados con mayor riesgo de infarto del miocardio y accidente vascular encefálico. Por eso lo ideal es consumir alimentos naturales o mínimamente procesados”, señala el nutricionista.
Enfermos cardiovasculares crónicos
Es necesario que personas con enfermedades crónicas como hipertensión arterial, o con historial de infartos del miocardio, diabetes mellitus tipo 2, obesidad, conozcan cuáles son los alimentos inflamatorios del sistema cardiovascular, para evitarlos y restringir su consumo.
Además, es oportuno que se asesoren con un nutricionista para llevar una pauta de alimentación acorde con su enfermedad y con sus propios requerimientos. “Las necesidades de cada nutriente y de los alimentos que lo contienen, dependen de cada persona, por lo que se hace relevante considerar las características individuales de cada uno”, afirma Mauricio Ríos.
Recuerda que el consumo de alimentos inflamatorios del sistema cardiovascular debe restringirse, sobre todo en personas con enfermedades y factores de riesgo cardiovasculares.