También conocido como prolapso de órganos de la pelvis (POP), el prolapso genital es el descenso de los órganos pélvicos de la mujer a través de la zona vaginal, que puede incluir útero, vejiga y el recto, y que puede ocurrir en diferentes grados, llegando, en algunos casos, a salir de los genitales.
El Dr. Erasmo González, gineco-obstetra, subespecialista en cirugía reconstructiva de piso pélvico y uroginecología del Hospital Dr. Luis Tisné y Clínica Red Salud, explica que se trata de una condición que puede incluir, además, pérdida de orina y/o deposiciones, según el nivel de lesiones que presente la paciente en estas estructuras y los mecanismos de contención; es muy frecuente en las mujeres de más edad: puede llegar a un 40 por ciento en aquellas mayores de 50 años.
“El prolapso genital es multifactorial y, debido al descenso de la vejiga, hasta un 30 a 35 por ciento de las pacientes presenta incontinencia de orina de esfuerzo o incontinencia de urgencia. Además de incomodidad, si el daño es importante, el prolapso puede generar infecciones urinarias recurrentes, lo que puede alterar la calidad de vida y llevar a muchas mujeres a aislarse. En lo íntimo, el prolapso puede derivar en una falta de respuesta sexual, dolor durante las relaciones o manifestación de incontinencia urinaria o fecal en el acto sexual ”, señala.
Principales causas
Tratamientos
El especialista indica que los principales tratamientos para el prolapso genital están directamente relacionados con la severidad del daño. En prolapsos pequeños, se aplica consejería y kinesioterapia, que ayudan a recuperar la musculatura de la zona pelviana y mejoran la sintomatología. “Los prolapsos muy pequeños pueden mejorarse con ejercicios de piso pélvico orientados y dirigidos por un kinesiólogo, que antes se conocían con el nombre de ejercicios de Kegel. Estos apuntan básicamente a contraer los músculos del piso pélvico, los cuales sostienen el útero, la vejiga, el intestino delgado y el recto. Estos ejercicios actualmente están mejorados y modificados para un mayor beneficio de las pacientes”, sostiene.
En grados más severos, los tratamientos son quirúrgicos y, a veces, complementados con algunos medicamentos, dependiendo de la presencia o no de alteraciones urinarias o defecatorias. “Los resultados de la cirugía son muy efectivos con evaluaciones a 5, 10 años, y que suelen tener un 80 a 85 por ciento de satisfacción y éxito”, asegura.
A juicio del Dr. González, el prolapso genital puede prevenirse o, al menos, aminorar los efectos con una buena educación, información y consejería sobre los factores de riesgo.
En lo que a ti respecta, ya sabes entonces, intenta mantener a raya tu peso e índice de masa corporal, evita el tabaco y todo aquello que aumente la presión intraabdominal por tiempos muy prolongados.