Una pregunta recurrente es por qué si más del 93% de la población objetivo está completamente inmunizada, se anuncian posibles nuevas olas de contagios -ahora por la variante Ómicron 2– y también nuevas dosis de refuerzos.
¿Será que cada variante distinta que aparezca requerirá una inmunización adicional o quizá una vacuna diferente? De ser así, esto lleva a muchos a plantearse entonces: ¿hasta cuándo seguirán las dosis de refuerzo?
Con respecto a estas interrogantes y a modo de contexto, el Dr. Luis Bavestrello, infectólogo de Clínica Reñaca y Past President de la Asociación Panamericana de Infectología (API) señala que, en la actualidad, existen dos situaciones: una, que el virus va mutando, por lo que las nuevas cepas tienen diferencias inmunológicas, por tanto, pueden generar enfermedad a pesar de que las personas tengan anticuerpos contra las otras cepas. Lo segundo, indica, es que la inmunidad generada por la vacunación tiene una fecha de término; va decayendo, considerando que los ciclos duran entre 4 a 6 meses. Y si bien, queda una respuesta inmunológica residual, no tiene la misma fuerza de los momentos o meses iniciales.
“En este escenario, habrá entonces vacunas de refuerzo en la medida que siga presente el virus o que haya nuevas cepas circulando, porque la vacuna que servía baja el nivel de anticuerpos. Y, dependiendo de qué tan resistente sea el virus que esté dominando en el momento, se usará una determinada vacuna u otra. Se está estudiando si sirve generar vacunas que tengan actividades más específicas sobre los virus que estén predominando o que vayan a predominar en los próximos meses”, explica.
En ese sentido, el especialista recuerda que la variante Ómicron en poco tiempo ya había dado la vuelta al mundo y en varios países se convirtió rápidamente en la cepa predominante, debido a la velocidad en que se disemina. “Por tanto, no tenemos la bola de cristal para saber qué va a suceder en el futuro; si se va a generar una inmunidad de base, como ocurrió con la gripe, por ejemplo, en que la población mundial tiene un cierto reconocimiento y con los refuerzos anuales -especialmente la población con más riesgos- se logra contenerla de una manera favorable”, afirma.
Por tanto, agrega el infectólogo, en la medida que más gente haya estado en contacto con el virus y se produzca la llamada inmunidad de rebaño, es decir, existan más personas con un cierto grado de anticuerpos; y si además se cuidan, las posibilidades de que se disemine de manera veloz el virus que provoca el Covid-19 y se produzcan estas mutaciones, van disminuyendo. “Esta es la única forma en que se puede controlar finalmente la situación”, indica.
Para el Dr. Bavestrello, el escenario ideal sería que el virus se mantenga con cierta estabilidad y que aumente cada vez más la población con inmunidad activa, ya que eso cortaría finalmente la circulación. “Para eso es importante bloquear la transmisión de persona a persona lo más posible y que se vacunen en las fechas que corresponda, para así mantener el nivel de inmunidad y generar una amplitud de individuos con su sistema inmunológico activado. Lo que se espera, finalmente, es que haya una estabilización de esta situación porque, lo más probable, es que se transforme en una endemia”, acota.
Medidas básicas para un escenario de estabilidad del Covid
Mientras la situación sanitaria siga inestable, mantengamos la alerta y sigamos cuidándonos, usando mascarillas, lavándonos las manos periódicamente y evitando las aglomeraciones sin los cuidados respectivos.