Reconozcámoslo. El invierno es una de las estaciones en que más cuesta mantener la línea porque pareciera que el frío nos motivara a buscar alimentos dulces. Aunque existen muchas teorías y ninguna comprobada al respecto, lo cierto es que, si afuera llueve, es rico darse un gustito dulce. Lo importante es hacerlo de vez en cuando y procurando usar ingredientes que entreguen algún beneficio para la salud, como la zanahoria.
“La zanahoria es rica en potasio y fósforo. Además, contiene betacaroteno, el cual se convierte en vitamina A, que es un nutriente esencial, con efectos antioxidantes y antiinflamatorios, por lo que ayudan a proteger las células del daño. Esta vitamina también nos ayuda a proteger la retina y evitar la aparición de cataratas”, señala Úrsula Inostroza, nutricionista de Universidad Las Américas.
La profesional agrega que la zanahoria contribuye a evitar el estreñimiento, gracias a su alto contenido en fibra. Además, añade que, si se come cruda, ayuda a fortalecer los dientes y encías, por lo que favorece la prevención de caries.
Ahora que ya sabes cuáles son algunas de las muchas cualidades de la zanahoria, busca tu delantal, prende el horno y ¡a cocinar!
Ingredientes:
2 huevos
½ taza de aceite
200 gr de zanahoria (rallada por el lado más fino)
125 gr de harina de almendras o de avena
1 cucharada de polvos de hornear
125 gr de alulosa
50 gr de nueces picadas
Preparación:
Primero que todo, precalienta el horno a fuego bajo. Luego, bate los huevos e incorpora el aceite y sigue batiendo. En otro bol junta la harina de avena con los polvos de hornear, la tagatosa y las nueces. Vierte los ingredientes secos sobre la mezcla de los huevos batidos, agrega la zanahoria y une nuevamente. Rellena un poco más de cada uno de los moldes -aceitados previamente- ya que debes considerar que van a subir. Hornea entre 25 minutos a 30 minutos a 180° o hasta que se vean dorados. Déjalos enfriar y ¡a disfrutar sin culpas!