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Relación entre obesidad y cáncer

La relación entre obesidad y cáncer se descubrió luego de que se observara que un aumento de la adiposidad corporal total, es decir, tanto tejido adiposo subcutáneo como visceral, genera un mayor riesgo de padecer cáncer, debido a una clara relación con la inflamación sistémica que produce la obesidad.

 

La Dra. Magdalena Farías, nutrióloga de Nuclinic explica que, cuando hay un exceso y expansión del tejido adiposo, disminuye la producción de una citoquina llamada adiponectina (que regula la glucosa y los ácidos grasos) y aumenta la producción de citoquinas inflamatorias. Esto altera la respuesta celular a sustancias del exterior de nuestro organismo, favoreciendo que los genes que han mutado, contribuyan al desarrollo de un cáncer.

“También existen otros mecanismos de riesgo para desarrollar un cáncer, como una alteración en el metabolismo de las hormonas esteroides producto de la obesidad, en la cual aumenta la producción de estrógenos, favoreciendo el cáncer de mama y endometrio. Por otra parte, la dieta alta en grasa genera un efecto directo en un mayor riesgo de cáncer de colon. Por último, la insulinorresistencia, asociada al riesgo de diabetes y a la presencia de obesidad de predominio abdominal, genera alteración de las señales de crecimiento celular mediante la activación de factores de crecimiento”, advierte.

 

Según indica la especialista, los cánceres más comunes asociados a la obesidad son:

  • Adenocarcinoma esofágico
  • Cáncer de colon
  • Cáncer rectal
  • Cáncer del sistema tracto biliar
  • Cáncer de páncreas
  • Cáncer de mama
  • Cáncer de endometrio
  • Cáncer de riñón
  • Mieloma múltiple

 

¿Cómo determinar si tengo sobrepeso u obesidad?

 

Para determinar si tenemos sobrepeso u obesidad, la Dra. Farías explica que el diagnóstico de la obesidad clásico se definía por un IMC (índice de masa corporal), que se obtiene dividiendo el peso de una persona por su estatura al cuadrado. “Sin embargo, hoy en día, más que un número, la obesidad se define como una enfermedad crónica, multifactorial y compleja, en la cual el exceso de tejido adiposo implica de manera negativa en la salud, aumenta el riesgo de generar enfermedades asociadas (entre ellas el cáncer) y afecta negativamente la calidad de vida”, indica.

En cuanto a qué porcentaje o nivel de sobrepeso comienza a ser riesgoso para desarrollar un cáncer, la nutrióloga señala que en los estudios que evalúan la prevalencia de cáncer en la población muestran mayor riesgo a mayor IMC, especialmente de IMC 30 en adelante. “Pero es importante hacer una evaluación personalizada del paciente, considerar la historia familiar de cáncer, la presencia de otros factores como el tabaquismo, entre otros. Además, se debe evaluar su estado metabólico, pues la insulinorresistencia es frecuente en personas con IMC de 25 hacia arriba y la inflamación sistémica asociada a la obesidad es común en personas con elevado perímetro de cintura, el cual se correlaciona con la presencia de grasa visceral”, aclara.

 

Por tanto, agrega la especialista, lo más importante es tratar el exceso de peso. “Y si bien, la base del tratamiento son los cambios de estilo de vida, cada vez existe más conciencia de que la obesidad es una enfermedad que requiere tratamiento farmacológico a largo plazo y, en los casos más severos, se debe considerar la cirugía bariátrica”, advierte.

Consejos para mantener un peso estable 

 

  • Apuntar hacia un cambio de estilo de vida que sea sostenible en el tiempo. Que incorpore una rutina de actividad física, tiempos de descanso y autocuidado.
  • Llevar una alimentación saludable y equilibrada, lo suficientemente flexible para que un paciente pueda ser capaz de mantenerlo como un estilo de vida a lo largo del tiempo. “La forma de alimentación con alta ingesta proteica y con una adecuada distribución de las proteínas a lo largo del día (desayuno, almuerzo y cena más las colaciones), junto con tomar medidas en cuanto a la disminución del consumo de alimentos procesados, azúcar y alcohol, es una manera que, a mi juicio, permite cambios beneficiosos en la alimentación que pueden ser sostenibles en el tiempo”, aconseja.
  • Si a lo anterior se suma ingesta de antioxidantes, vegetales, fibra, fitonutrientes, pescados ricos en omega-3, aceite de oliva y frutos secos altos en omega-6, se pueden lograr tremendos beneficios y gozar de una buena salud.

Sigue estos consejos para mantener una vida saludable. Y si pretendes bajar de peso, antes de optar por un determinado tipo de dieta, recuerda consultar siempre con un especialista.

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