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¿SUFRES DE ANSIEDAD? APRENDE A CONTROLARLA

Sentir ansiedad en ciertas ocasiones o frente a determinadas situaciones es normal y le ocurre a la mayoría de las personas. Es una emoción natural, una reacción que nos permite adaptarnos a situaciones de estrés como, por ejemplo, detenernos al escuchar un bocinazo en la calle o correr si vemos que algo se derrumba cerca nuestro. Y la manera de expresarla dependerá de los rasgos de personalidad de cada persona.

Sin embargo, la ansiedad se considera patológica cuando sus niveles aumentan a tal grado que resultan inmanejables, siendo desproporcionada en relación al evento o causa que la activó. En estos casos, suele interferir en la vida cotidiana, ya que se generan mecanismos de evitación para prevenir lo que activó la emoción, y se expresa a través de síntomas físicos y psicológicos. Es decir, las personas que sufren una ansiedad de tipo patológico, comienzan a anticipar el peligro, viendo el futuro con intranquilidad y limitando su funcionamiento diario.

En cuanto a los factores que gatillan la ansiedad patológica, la Dra. Karla González, médico psiquiatra de Grupo Cetep, explica que al tratarse de una emoción natural, puede ser causada por varios factores y a menudo se da en situaciones donde estamos amenazados o podríamos estarlo. “La ansiedad patológica aparece más fácilmente si estamos pasando un periodo de estrés, ya sea psicológico, como separación de pareja, sobrecarga laboral, deudas, duelos. O, también, por algún estrés físico causado por enfermedades graves, accidentes recientes, abuso de drogas, entre otros”, indica.

La especialista señala que la ansiedad patológica puede manifestarse de muchas formas, siendo la más habituales:

  • Crisis de angustia. Las crisis de angustia o pánico son eventos esporádicos, imprevistos, donde la persona siente temor a morir, sufrir un ataque o que se volverá loca.
  • Trastorno de ansiedad generalizada. Se manifiesta como una preocupación constante y general, sin foco claro.
  • Fobias específicas: Es otra forma donde la ansiedad aparece frente a desencadenantes específicos. Un ejemplo es la fobia a las arañas (aracnofobia).
  • Agorafobia: Es cuando el miedo se asocia a la sensación de no poder salir o escapar de un lugar, de sentirse desprotegido.
  • Fobia social: Es el miedo que aparece al enfrentarse al público o a situaciones sociales.

Consecuencias físicas y mentales

La ansiedad suele ir acompañada de síntomas físicos, como tensión muscular, temblor de extremidades, inquietud, cansancio, dolor de cabeza. Además, en las crisis de angustia, es común que aparezca sequedad de boca, visión borrosa, palpitaciones, respiración rápida, sensación de falta de aire y de pecho apretado. “La ansiedad patológica puede presentarse también con trastornos del sueño. El insomnio dificulta el descanso nocturno y durante el día se siente cansancio y falta de concentración, bajando el rendimiento. Junto con ello, pueden aparecer pensamientos recurrentes relacionados a la preocupación o situación vivida como amenazante”, sostiene.

La psiquiatra advierte que, si no se trata la ansiedad patológica, se va generando un círculo vicioso de síntomas. “Las personas temen que vuelva la crisis de angustia, presentan ´miedo al miedo´, lo que se conoce como ansiedad anticipatoria. Por ello, evitan todo lo relacionado al momento en que se generó la crisis. Estas conductas evitativas son complejas, porque a veces se intenta escapar de situaciones que no constituyen peligro, limitando la vida cotidiana, se pierde la confianza y baja la autoestima”, asegura.

Tratamiento

La especialista advierte que la ansiedad no debe ser suprimida, si no regulada, es decir, lograr que sus niveles no afecten la calidad de vida de la persona. Según explica, el tratamiento se basa en reducir los síntomas físicos, modificar los pensamientos relacionados con la ansiedad, cambiar las conductas (evitativas) y abordar las causas para entender el origen de ésta. “Por ende, se suele indicar tratamiento farmacológico y psicológico al mismo tiempo. Los fármacos habituales indicados son los antidepresivos que, a través de la serotonina, ayudan a controlar el circuito de la ansiedad. Y ansiolíticos, para ayudar en el control agudo e inmediato de los síntomas. La terapia psicológica indicada se basa en la técnica cognitivo-conductual, que favorece el desarrollo de habilidades específicas para controlar las preocupaciones y ayuda a retomar gradualmente las actividades evitadas”, afirma.

Cómo controlar un cuadro de ansiedad

La Dra. González aconseja que, si una persona identifica que está pasando por un trastorno de ansiedad, lo ideal es buscar ayuda profesional debido a que el proceso de tratamiento es individualizado. De todas formas, entrega algunas recomendaciones para disminuir los niveles de ansiedad:

  • Realizar actividades recreativas.
  • Respetar los tiempos de ocio.
  • Mantener buena higiene del sueño.
  • Hacer ejercicio de manera regular.
  • Llevar una dieta equilibrada.
  • Evitar el alcohol, tabaco y drogas, ya que pueden empeorar la ansiedad.
  • Reducir el consumo de café.
  • Identificar las situaciones que generan estrés y mayor tensión.
  • Tomar medidas ante las situaciones de estrés.
  • Usar técnicas de relajación.

Sigue estos consejos y aprende a manejar tu ansiedad y estrés. Y si por algún motivo sientes que esta emoción te supera y afecta tu vida cotidiana, recurre a un especialista, ya que el tratamiento es individual.

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