La especialista comenta que el láser facial, por ejemplo, es una técnica de cuidado dermatológico que mejora la textura y la apariencia de la piel ya que estimula la producción de colágeno al dirigir haces de luz hacia áreas con imperfecciones e irregularidades como las arrugas y cicatrices de acné entre otras, generando una piel de aspecto más suave y homogénea.

“Por otra parte, ha disminuido la edad de algunos jóvenes en iniciarse en estos tratamientos, sobre todo en aquellos relacionados con depilación láser y eliminar marcas de acné. Estos procedimientos suelen ayudar con la autoconfianza de los pacientes, les aumenta la seguridad sobre su cuerpo y apariencia”, comenta la Dra. Moreno.

Así como hay un láser que elimina las manchas cafés de la piel como los melasmas y los lentigos solares, también existen aquellos que son capaces de actuar sobre la hemoglobina de la sangre, atenuando aquellas marcas que son de color rojizo, como las generadas por la rosácea y las arañitas vasculares o venas delgadas que se forman en la zona de las mejillas o en las piernas.

Cuidados que acompañan a estos tratamientos

Aunque es aconsejable realizar este tipo de tratamiento en el otoño e invierno para evitar la fuerte acción del sol, lo cierto es que se pueden realizar durante todo el año, siempre y cuando los pacientes sean constantes en usar un buen factor solar, de preferencia mineral, es decir, que funcionan como una pantalla solar y que idealmente puedan contener pigmentos de óxido de hierro.