Los distintos tipos de grasas, o lípidos como también se conocen, son importantes y necesarios para nuestro organismo, ya que nos aportan energía y ayudan a formar y proteger las células, entre otras funciones vitales para la vida.
Pero cuando los niveles de los distintos tipos de grasas están alterados, algo que se ha vuelto un problema creciente en la población, se incrementa el riesgo de sufrir eventos que pueden ser graves y hasta fatales, como un infarto al corazón o un accidente cerebrovascular.
Por ese motivo, en los chequeos médicos preventivos se solicita el perfil lipídico, para conocer cuáles son los niveles de las distintas grasas presentes en la sangre.
“El perfil lipídico es un examen de sangre que debe realizarse en ayunas y que mide los niveles de los distintos tipos de colesterol que una persona tiene, como el colesterol LDL, colesterol HDL y Colesterol VLDL, además de medir los niveles de triglicéridos”, explica la Dra. Marisel Figueroa, diabetóloga y especialista en medicina interna de Clínica MEDS.
La especialista enfatiza que es importante realizarlo porque las alteraciones permanentes de los niveles de colesterol y de triglicéridos, además de aumentar el riesgo cardiovascular, de infarto cardiaco o infarto cerebral, también produce un daño en órganos como el hígado o el páncreas, que se manifiesta como: hígado graso, cirrosis hepática, pancreatitis aguda e incluso en la aparición de lesiones en la piel. “El chequeo médico regular ayuda a pesquisar precozmente estas alteraciones y evitar futuras complicaciones”, advierte la Dra. Figueroa.
Frecuencia del examen
El perfil lipídico es solicitado por los médicos a partir de los 20 años, como parte del chequeo preventivo de salud. “Si los valores obtenidos están en rango normal, este debe realizarse cada cinco años. Sin embargo, en los casos de personas que tienen sobrepeso u obesidad, antecedentes de diabetes mellitus, hipertensión arterial, hipotiroidismo, historial de infartos cardiacos o cerebrales, tabaquismo y alta ingesta de alcohol, este examen se hace con mayor frecuencia, al menos una vez al año”, indica.
¿En qué casos el perfil lipídico está alterado?
A los trastornos de los lípidos en la sangre, reflejados en el perfil lipídico alterado, se les conoce como dislipidemias. Ante su diagnóstico, es posible superar la dislipidemia mediante la práctica regular de actividad física, junto con una dieta que restrinja las grasas saturadas, como la de margarina y frituras, y que privilegie las grasas saludables presentes en paltas, nueces y pescados. “En el caso de pacientes que, a pesar de estas medidas tienen niveles alterados de colesterol o triglicéridos, es necesario adicionar fármacos, los que son indicados según su condición particular y el riesgo cardiovascular de cada paciente”, indica la diabetóloga de MEDS.
Por ello, la prevención mediante estilos de vida saludable resulta clave para evitar la alteración de los lípidos o grasas en la sangre. “La ingesta de comidas sanas, la realización de actividad física regular y tener un peso adecuado ayudan a prevenir la aparición de dislipidemias”, concluye la especialista.
Recuerda que la alteración de los niveles de las grasas en la sangre, que se mide en el examen del perfil lipídico, implica un mayor riesgo de eventos como un infarto al corazón o accidente cerebrovascular.