El efecto nocivo del sol sobre la piel se intensifica en el verano, más aún en días que el indicador de radiación UV está en niveles altos y extremos. En el caso de las personas que sufren rosácea, deben aumentar las medidas de protección solar para que los síntomas de la enfermedad no se agudicen.
Rostro enrojecido e irritado
El rostro enrojecido, las mejillas inflamadas y ardor en la cara son algunos de los principales síntomas de esta patología. “La rosácea es una condición inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por un conjunto de manifestaciones clínicas recurrentes de predominio centro-facial y que incluyen: eritema transitorio y permanente, telangiectasias (más conocidas como arañas vasculares), pápulas y pústulas”, describe la Dra. Elsa Gatica, dermatóloga de Clínica La Parva.
Además de las típicas manifestaciones en la piel, en algunas personas la rosácea puede presentarse con síntomas menos conocidos como alteraciones oculares, tales como el ojo seco, que es la sensación de cuerpo extraño, picazón y molestias al exponerse al sol. En esos casos, la consulta oftalmológica debería sumarse a la del dermatólogo, que es el especialista indicado para esta patología.
La rosácea afecta con más frecuencia a mujeres mayores de 30 años y principalmente a aquellas de piel clara. Así también, es una enfermedad cutánea que presenta predisposición genética, ya que hasta un 20% de las personas que la padecen, tienen la patología presente en sus familias. “Además, la rosácea puede estar asociada al demodex; un ácaro microscópico que es parte de la flora normal de la piel y que se aloja en zonas como mejillas, mentón y pestañas”, explica la dermatóloga.
Con calor, extremar cuidados
En días de calor y con índices de radiación UV altos y extremos, los síntomas de la rosácea se intensifican. “La radiación ultravioleta produce aumento de unas enzimas proinflamatorias que generan eritema, rubor y ardor, así como también la aparición de telangiectasias o arañas vasculares. Por eso, es importante recalcar que en verano se deben extremar las medidas de protección frente a la radiación UV, la cual es uno de los gatillantes principales de esta enfermedad. Además, las personas con rosácea deben evitar la exposición al calor, como por ejemplo, los baños de vapor o saunas”, dice la Dra. Gatica.
Como se trata de una patología crónica y que tiende a reaparecer, estos pacientes deben tratarse de manera permanente, aumentando los cuidados en verano. “Dependiendo del tipo de rosácea, el tratamiento será solo tópico o combinado con fármacos orales. Junto con ello, el uso de fotoprotector es fundamental durante todo el año”, recalca la dermatóloga.
Limpieza, hidratación y filtro solar
La especialista propone la siguiente rutina de limpieza, hidratación y fotoprotección del rostro para personas que tienen esta patología:
Recuerda que la rosácea es una enfermedad que se concentra en el rostro, provocando enrojecimiento y las llamadas arañas vasculares. Como la radiación UV gatilla los síntomas, debes extremar las medidas de cuidado en verano.