Sin duda, la pérdida de audición en los niños tiene relación directa en su rendimiento escolar. Esto porque la audición da acceso a una serie de estímulos que forman parte del mundo que nos rodea, y una pérdida de esta puede influir en mayor o menor medida en problemas en el aprendizaje.
Montserrat González, fonoaudióloga y jefa de sucursal de Audiomedical, de Viña del Mar, indica que las pérdidas auditivas se separan en leve, moderada, severa y profunda. Y explica que los problemas en el aprendizaje debido a esta causa pueden ir desde dificultades en la atención y memoria hasta falta de desarrollo de lengua oral, es decir, en la capacidad de comunicarse verbal y lingüísticamente, si es que no se tiene un correcto acceso a prótesis auditivas y terapias del habla y lenguaje.
“Es importante mencionar que la presencia de problemas auditivos no implica la presencia de dificultades intelectuales. Equivale a tener un problema específico en la detección y percepción de estímulos sonoros que, sin embargo, puede generar dificultades como, por ejemplo, emitir ciertos sonidos del habla (dislalia audiogénica). También para seguir instrucciones en ambientes de ruido, en el aprendizaje de conceptos más abstractos, en la adquisición de la lectoescritura y en trabajos de exposición oral”, indica.
Problemas auditivos más comunes en escolares
Hipoacusia de conducción, que trae problemas al oído externo o medio. Las principales causas pueden ser por cuerpo extraño, tapón de cerumen, otitis media aguda, otitis media con efusión u otitis media crónica.
Problemas auditivos sensoriales o neurosensoriales y mixtas, en que hay problemas a nivel de oído interno (coclea) o a nivel de nervio auditivo. En su mayoría son de causa congénita.
Cuándo sospechar y recurrir al especialista
La fonoaudióloga indica que se debe sospechar de problemas auditivos en niños en casos de que refieran dolor y comezón, ya que puede ser indicio de una infección o de un tapón de cerumen, aunque –aclara– hay casos de problemas auditivos que no presentan síntomas físicos. “Entonces debemos estar alertas a otro tipo de señales como, por ejemplo, cuando piden que le repitan mucho, o pareciera que no entienden instrucciones en ambientes de ruido. También si escuchan la televisión muy fuerte, si hay dificultades de aprendizaje de ciertos sonidos del habla (dislalia audiógena), si confunden palabras que suenan similares, si son muy sensibles a los ruidos fuertes y si tienen problemas de lectura en voz alta”, advierte
En cuanto a los tratamientos, la especialista señala que dependerán del tipo de pérdida auditiva que tenga el paciente. “Si se trata de una infección al oído, el médico recetará medicamentos para tratar la infección. Cuando es una pérdida auditiva permanente, es recomendable el uso de prótesis auditivas adaptadas a las necesidades de cada persona. Existen audífonos para pérdidas auditivas desde leves a profundas, y actualmente contamos con tecnología muy avanzada en cuanto a conectividad y sistemas integrados de sonido. En algunos casos será necesario realizar un implante coclear. Es importante acompañar el tratamiento con terapia fonoaudiológica para mejorar la capacidad de adquisición del lenguaje y habla”, aconseja.
Recomendaciones
Cuidar nuestra audición desde pequeños. Por ejemplo, no escuchar música a exceso de volumen.
Realizar chequeos médicos periódicos.
Si el menor tiene tendencia a generar otitis, es bueno que al bañarse, ya sea en piscina o ducha, utilice moldes protectores que evitarán la acumulación de agua e infección.
Siempre que tengas sospechas, consulta con un especialista.
Ya sabes entonces, debes sospechar cuando los niños refieran dolor y comezón, aunque hay casos de problemas auditivos que no presentan síntomas físicos, por lo que debes estar alerta a las otras señales ya mencionadas.