Durante siglos el ajo se utilizó como medicina tradicional para la mayoría de los trastornos relacionados con la salud. A través de sus actividades antioxidantes, esta planta originaria de Asia y sus extractos brindan protección contra el daño de los radicales libres.
Sus propiedades son el resultado de una combinación de diversas sustancias biológicamente activas que, en conjunto, son responsables de sus efectos fisiológicos. La concentración de alicina (ingrediente activo principal) actúa como un antibacteriano y ayuda a evitar la proliferación de bacterias en nuestro organismo.
Estudios experimentales muestran que el ajo y sus componentes protegen contra toxinas naturales y sustancias químicas, probablemente, a través de varios mecanismos, entre ellos, disminuyendo el estrés oxidativo, la inflamación y muerte celular. Mientras que diversos estudios clínicos, han evaluado el ajo para el tratamiento de la hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, artritis reumatoide, resfriado o la prevención de la aterosclerosis y el desarrollo de tumores.
Ya lo sabes, consumir ajo de manera habitual, te ayudará a prevenir diversas enfermedades.