El EPA y DHA son importantes ácidos grasos del tipo Omega–3 que han demostrado importantes beneficios para la salud. Y si bien las personas producen EPA y DHA a partir de otro omega-3 (el ácido alfa linoleico), la síntesis es tan baja -menos del 1 por ciento-, que necesitamos consumirlos para alcanzar la cantidad de EPA y especialmente de DHA que se requiere.
Rodrigo Valenzuela, Doctor en Nutrición y Alimentos y Profesor del Departamento de Nutrición de la Faultad de Medicina de la Universidad de Chile explica que tanto el EPA más el DHA, además de ser muy beneficiosos para el corazón -ya que reducen los triglicéridos y los riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares-, el omega-3 DHA en particular, tiene un impacto real y es clave para el funcionamiento y rendimiento del cerebro. “Este ácido graso se deposita de manera importante en las neuronas de la corteza cerebral y su importancia es que ayuda a conservar las capacidades básicas del ser humano, tales como: aprendizaje, memoria, fluidez verbal y mejor ubicación espacial, en la medida que una persona envejece”, señala.
El especialista aclara que el ser humano biológicamente empieza a envejecer aproximadamente a los 30 – 35 años y, en la medida que el cerebro humano va envejeciendo, comienza el deterioro paulatino de sus neuronas. “En ese aspecto, el DHA es fundamental para conservar la viabilidad de las neuronas. El cerebro humano, en la vida intrauterina, es decir, cuando estamos dentro del útero materno, necesita DHA para formarse, el cual es aportado por la madre. Y ese DHA es clave para el desarrollo de la corteza cerebral, generación de nuevas neuronas, conexiones neuronales, migración neuronal, además de un correcto desarrollo de la retina. En la medida que envejecemos se va dañando el cerebro y visión, y se ha demostrado que el DHA nos ayuda a conservar las capacidades cerebrales y visuales”, asegura.
El DHA debiera consumirse desde siempre
A juicio del Doctor en Nutrición y Alimentos, dada nuestra alimentación que no suele ser del todo saludable, la recomendación es suplementar con omega-3 DHA desde siempre, partiendo en el embarazo, pensando en la madre y en el hijo. “A toda edad es aconsejable su consumo. En los niños se ha visto que suplementar con omega-3 DHA genera mejor conducta escolar y rendimiento, particularmente en lenguaje es donde tiene más impacto. Y en los adolescentes, se ve que reduce la ansiedad, se relacionan mejor con sus pares y en la medida que van creciendo, le sumamos que ayudan a reducir los triglicéridos. Y en los adultos sobre 40 años, todos los beneficios cerebrales y de capacidades cognitivas que ya comentamos”, indica.
Las principales fuentes alimentarias de omega–3 DHA son los pescados grasos: jurel, atún, sardinas, anchovetas, salmón. También los mariscos como choros maltones, almejas, piure. La recomendación según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) es comer dos veces a la semana este tipo de pescados, el cual debe ser cocinado a la plancha, cocido, al vapor u horno, pero no frito, ya que la fritura a 180 grados celsius o más, destruye los omeg–3.
Para que el DHA en suplemento sea efectivo, el especialista recomienda dosis altas:
“En el embarazo, los estudios están apuntando a 100 mg de EPA más 200 mg DHA al día (recomendación mínima). Pero hay estudios que han demostrado beneficios con cantidades superiores”, indica el especialista.
En el adulto, se sugieren valores cercanos a 1 gramo diario de EPA más DHA, pero mayoritariamente DHA. “Esto quiere decir, por ejemplo, 800 a 900 mg de DHA y el resto EPA”, sugiere.
En la medida que las personas van envejeciendo, la recomendación es de 2 gramos de DHA al día. “Esto a partir de los 65 años y en especial para personas que tienen en su familia antecedentes de enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer”, advierte.
Rodrigo Valenzuela indica que a partir de los 30 días de consumir suplementos de DHA, se pueden ver efectos claros de una baja en los triglicéridos y se observan mejores glicemias en ayunas. “Y en el caso de la memoria, al primer mes se pueden ver los efectos, aunque a los seis meses es mucho más marcado. Incluso algunos adultos mayores reportan -según algunas publicaciones- que vuelven a memorizar palabras que antes no podían y a pronunciar otras nuevas. Por tanto, entre uno y seis meses ya se ven los efectos con las dosis indicadas de 1 a 2 gramos”, asegura.
No lo olvides, que a partir de los 40 años, el consumo de omega-3 DHA cumple una función clave para conservar las capacidades cerebrales y visuales, además de reducir los triglicéridos y de proteger tu salud cardiovascular.