Desde hace muchos años se ha asociado la cúrcuma con tratamientos medicinales. Se trata de una planta nativa del suroeste de la India, que pertenece a la misma familia del jengibre y está compuesta, principalmente, por potasio, fósforo, magnesio e hidratos de carbono complejo.
Esta especia de color anaranjado se ha vuelto muy importante en la industria de los alimentos, porque al adicionarse a las comidas, permite un sabor característico en las preparaciones o en la mantención de algunos alimentos. Y la FDA, que es la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, declaró hace un tiempo a la cúrcuma como un alimento seguro, es decir, está aceptado como un saborizante alimenticio.
Mauricio Ríos, nutricionista y docente de la Pontificia Universidad Católica, indica que hace más de dos décadas han aparecido estudios muy potentes sobre la cúrcuma y sus propiedades medicinales. “Básicamente se le atribuye a la curcumina, que compone en un 5% la raíz de esta planta, importantes efectos para la salud, tales como: antioxidante, porque es muy rica en vitamina C y E, y efectos antibacterianos, antivirales, antiinflamatorios y antifúngico, en cuanto a que evita el desarrollo de hongos. La cúrcuma se relaciona con la inhibición de la inflamación, lo que contribuye a reforzar nuestro sistema inmunológico, básicamente porque estaría asociado a la disminución de esta cascada inflamatoria que se produce en nuestro cuerpo cuando estamos enfermos”, explica.
El especialista agrega que otras investigaciones señalan que la cúrcuma también se relacionaría con la prevención y el tratamiento de distinto tipos de cánceres. “No es un reemplazo, sino un apoyo a la quimio o radioterapia, según el estado del paciente. Ocurre que estos tratamientos, en general, lo que hacen es detener el crecimiento de las células tumorales y, al incorporar fármacos y químicos para neutralizar ese crecimiento, igual se puede inflamar o afectar otros órganos. Entonces, frente a eso, el consumo de esta curcumina podría ayudar a mantener controlada e, incluso, inhibir esa inflamación”, señala.
Poderosa para la artrosis y mejora rendimiento deportivo
El efecto desinflamatorio de la cúrcuma también se asocia a las enfermedades neurodegenerativas a nivel del sistema nervioso central, como también con las artrosis y, en especial, la artritis, que se produce por una reacción inmunológica a causa de una sobreinflamación propia del cuerpo. Además, indica el nutricionista, la cúrcuma sería beneficiosa para la alergia, patologías intestinales inflamatorias, toxicidad renal, soriasis, diabetes, enfermedad cardiovascular y en pacientes con sida, disminuyendo las infecciones asociadas a su baja inmunidad.
En los últimos años, nuevas investigaciones asocian la curcumina con el rendimiento deportivo. “La propiedad de esta planta de inhibir la inflamación, nos ayudaría a que el músculo, que ha sido inflamado por el entrenamiento en condiciones naturales, se recupere más rápido y pueda retornar a la exigencia deportiva”, explica.
Formas de consumir la cúrcuma
La forma de consumir la cúrcuma es habitualmente a través de comidas que, por lo general, suelen ser dosis muy bajas. Además, muchas veces estas preparaciones están sometidas a un estrés térmico, que hace que la curcumina tenga una alteración y afecte nuestra capacidad para absorberla, por lo que no obtendríamos sus efectos. “Las cantidades que usamos en la cocina son bastante menores, por lo tanto, si queremos ver un impacto potente desde el punto de vista antiinflamatorio, la única forma es consumir la cúrcuma en suplementos orales o comprimidos. Aunque se ha visto que, en la medida que agreguemos esta especia a nuestra alimentación, tendrá un efecto acumulativo en el tiempo”, indica.
Según el profesional, lo recomendable es un comprimido de 500 miligramos al día durante tres o cuatro meses. “No está recomendado para pacientes con úlcera duodenal o gástrica, dada la sensibilidad digestiva que presentan, puede relacionarse con malestares o complicaciones”, advierte.
Además de rica y de darle un toque a tus comidas, esta planta oriental posee múltiples propiedades nutricionales: antiinflamatorias, antioxidantes, antibacterianas y digestivas. ¡A disfrutarla entonces!