La naturaleza es sabia y el cuerpo humano también lo es porque tenemos un reloj biológico que nos da un orden de tiempo de 24 horas en los que tenemos nuestros ritmos básicos para vivir, como sueño-vigilia, actividad-reposo y alimentación-ayuno.
Es lo que se conoce como ritmo circadiano. “Los ritmos circadianos son la expresión de cómo nuestro reloj biológico organiza nuestro funcionamiento y comportamiento diario. Nos dictan cuándo dormir, movernos y alimentarnos. Esto es muy importante, ya que ahora sabemos que el momento en que comemos es fundamental para tener una buena salud metabólica y nutricional”, dice el Dr. Rodrigo Chamorro, profesor del Departamento de Nutrición Universidad de Chile.
El Dr. Chamorro explica por qué es beneficioso habituar nuestro organismo a comer dentro de horarios establecidos y no desordenados. “Actualmente, sabemos que el ser ordenado/a con los horarios y comer más o menos a la misma hora cada día es importante también para nuestro reloj biológico, el que se ‘entrena’ día a día con la llegada de alimento en nuestras comidas. Se ha visto que mantener horarios estructurados y una rutina de alimentación (tipos de comidas, sin saltárnoslas), logra una mejor respuesta de nuestro cuerpo frente a los alimentos, favorece mantener un peso corporal estable y mejora la calidad de lo que comemos”.
Horarios sugeridos para las comidas principales
Si bien los horarios para las tres principales comidas del día dependen de los horarios de sueño y de trabajo de cada persona (por ejemplo, algunas trabajan en turnos de noche), el Dr. Chamorro sugiere los siguientes rangos horarios para quienes trabajan o estudian de día.
El académico recuerda que no debemos saltarnos el desayuno y que es recomendable dejar de comer cuando nos aproximamos a la hora de dormir:
“Sabemos actualmente de la importancia del desayuno en diversos grupos etáreos y de la importancia de no consumir comidas en horario cercano a la hora del sueño; esto es comer máximo hasta tres horas antes de nuestra hora habitual de dormir”.
Horas de sueño según edad
Los horarios de dormir y despertar también son importantes para lograr un sueño regular y así respetar el reloj biológico relacionado al descanso. “Se ha visto que las personas que son más regulares en cuanto a sus horarios y a la duración de su dormir, tienen una menor ganancia de peso, mejor estado nutricional, menor riesgo para presentar obesidad y sus co-morbilidades, y mejor calidad de su alimentación y capacidad para regular su apetito”, asegura el Dr. Chamorro.
Según indica el docente, una persona adulta debe dormir 7 a 9 horas, los adolescentes 8 a 10 horas, los escolares 9 a 11 horas y los preescolares 10 a 13 horas, “siempre asociado a horarios de rutina de sueño regulares”, acota.
En personas propensas a la obesidad, dice el experto, la regularidad en el reloj biológico y en los horarios para dormir, comer y ejercitarse podría mejorar su sensación de hambre, aumentar la saciedad, mejorar la respuesta del organismo a la alimentación y promover la baja de peso corporal. “En conjunto con un estilo de actividad física regular y con una buena higiene del sueño (hábitos y rutina del dormir), el ritmo circadiano se favorecería al tener rutinas saludables, favoreciendo su salud metabólica”, indica.
En estudios clínicos e investigaciones se han descrito varias consecuencias negativas de la alteración circadiana en forma crónica. “Por ejemplo, la alteración circadiana se ha asociado con obesidad, dislipidemias, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, hipertensión arterial y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. También se ha asociado con mayor riesgo de ciertos cánceres y depresión, entre otros”, señala el Dr. Chamorro.
Recuerda que el reloj biológico de nuestro cuerpo necesita horarios regulares de alimentación y sueño. Un desorden en esos patrones está asociado a enfermedades metabólicas y a obesidad.