La aterosclerosis es una enfermedad caracterizada por la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias (placa) dentro y sobre las paredes de las arterias, lo que disminuye la elasticidad de éstas y restringe el flujo sanguíneo. La placa se puede romper, lo que desencadenaría un coágulo de sangre que puede terminar en problemas cardiovasculares graves, como infartos o accidentes cerebrovasculares.
Existe una creciente evidencia de que la aterosclerosis estaría relacionada con la oxidación del colesterol LDL (conocido como el colesterol “malo”).
Se han realizado varios estudios de angiografías, es decir, exámenes de diagnóstico por imágenes, que la vitamina E inhibiría la progresión de la aterosclerosis coronaria. Un ensayo clínico informó que la suplementación con vitamina E disminuiría la incidencia de eventos coronarios en pacientes con cardiopatía coronaria. Además, se ha informado que la vitamina E poseería varios tipos de efectos antiaterogénicos, o sea, disminuye el potencial de obstrucción de las arterias gracias al efecto antioxidante de esta vitamina. Por lo tanto, podría ser un factor importante para inhibir la formación de la placa aterosclerótica.
Diversos estudios epidemiológicos indican que el consumo de vitamina E tendría efectos protectores en la incidencia de enfermedades coronarias. Sin embargo, aún se están desarrollando investigaciones para determinar la dosis necesaria y los efectos secundarios a largo plazo.