• Mayor creatividad, proactividad y compromiso para lograr los objetivos.
• Mayor cantidad de emociones e interacciones positivas en el día a día. “El espíritu es de escucha, colaboración, risas, confianza, no hay temor a equivocarse, pues hay respeto y compañerismo, y eso ayuda a sacar lo mejor de las personas, pues se atreven a dar más ideas, innovar, proponer y hacer las cosas en forma distinta, lo cual va optimizando los procesos y formando equipos más sólidos”, explica Mónica López.
• Las personas felices en el trabajo hablan de él con otros, mostrando entusiasmo, gratitud y compromiso.
• Las personas quieren quedarse más años en la organización, hay menos licencias por salud mental y un mayor interés por perfeccionarse, mejorar el desempeño y asumir nuevos desafíos o responsabilidades.

Por cierto, existen condiciones básicas para promover la felicidad laboral que competen a la empresa, sin ellas cualquier estrategia, charlas o talleres para promover la felicidad laboral serán complejos. “Claramente, para trabajar y pensar en el bienestar se deben tener condiciones mínimas desde la organización, como un salario acorde al mercado y que se ajuste a las expectativas del colaborador, beneficios, tiempos de pago y horarios que se respeten, infraestructura y materiales o recursos técnicos mínimos, entre otros ‘desde’”, aclara la profesional.

Tips para el trabajador feliz

Mónica López propone tareas cotidianas para el trabajador, para hacer que su rutina laboral sea más armoniosa, positiva y que le aporte a su bienestar:

• Aumentar el reconocimiento y la amabilidad hacia uno mismo y hacia otros. “La gratitud y el aprecio generan un ambiente mucho más positivo que beneficia a todos y es una fortaleza que puede cultivarse. Ese propósito debe partir por uno mismo”, propone López.
• Aceptar las dificultades y entenderlas como oportunidad. “Las dificultades traen aprendizajes, nos hacen crecer, por eso es clave perder el miedo a equivocarnos”, sostiene. Y propone: “En esta línea, algo que ayuda bastante es dejar de rumiar, de darle vueltas a lo negativo, pues si le hablas a tu familia y amigos todo lo malo de tu trabajo (sin el balance de lo que sí está bien), si siempre te estás quejando, con insatisfacción, si te dedicas a hablar mal de tu trabajo, los clientes, de los jefes o de otros compañeros con tus colegas más cercanos, finalmente, la persona más perjudicada serás tú, pues estarás ayudando a crear un clima de desconfianza e inseguridad, de agotamiento emocional en tu entorno y en ti mismo, junto a la frustración de quedarte en la queja sin buscar proactivamente alternativas de solución”.
• Autocuidado, orden y organización. “Revisar la agenda y ordenarla para generar un mejor balance entre vida personal y laboral es un aprendizaje que no solo depende de las exigencias o facilidades de tu trabajo, sino de cómo cuides ciertos espacios y decidas usarlos en tu beneficio”, asegura la psicóloga.
• Conocer tus fortalezas y aplicarlas en el día a día. “Las investigaciones de psicología positiva han mostrado que somos más felices haciendo más de aquello que nos sale mejor, en vez de estar siempre luchando por mejorar debilidades”, afirma Mónica López.