LOS SIETE MITOS DE LA DIETA CETOGÉNICA

La dieta cetogénica -también llamada keto– se ha vuelto cada vez más popular para perder peso y mejorar algunos factores de riesgo metabólicos, principalmente, aquellos relacionados con el metabolismo del azúcar.

Se trata de una alimentación muy baja en hidratos de carbono (20 a 50 gramoss al día) y rica en grasas, con la cual el cuerpo alcanza un estado conocido como cetosis, en que se ve forzado a quemar grasa en vez de glucosa como combustible. Esto ocurre debido a que el hígado libera cuerpos cetónicos para ser usados como combustible por el organismo y el cerebro.

Una dieta que tiene una gran cantidad de adherentes, pero también de detractores, por lo que la Dra. Magdalena Farías, nutrióloga de Nuclinic indica cuáles son los reales mitos y verdades que hay en torno a este tipo de alimentación.

La dieta cetogénica afecta los riñones ya que se come mucha proteína: Mito. “La dieta cetogénica no corresponde a una dieta hiperproteica, sino más bien, tiene relación con la restricción en la cantidad de hidratos de carbono a no más de 50 gr al día (los cuales aportan sólo un 5% de las calorías diarias), y a la cantidad de ácidos grasos en la alimentación, los cuales aportan entre un 75% a un 90% de las calorías totales”, señala.

Hay que hacerla por un tiempo corto porque afecta la salud: Verdadero “Cualquier dieta restrictiva puede tener efectos adversos en la salud, por eso debe ser prescrita y supervisada por un profesional”, advierte.

Es una de las dietas más efectivas para bajar de peso: Verdadero. “La dieta cetogénica pareciera tener una ventaja en la pérdida de peso a corto plazo, en comparación con dietas tradicionales. Sin embargo, no existen estudios científicos con un seguimiento a largo plazo que garanticen la mantención del peso perdido en el tiempo”, indica.

Si se abandona, se recupera fácil el peso perdido: Verdadero. “Al abandonar cualquier plan de alimentación, la tendencia es que los pacientes recuperen el peso perdido luego de un tiempo. Por eso yo recomiendo, en vez de ´hacer dieta´, construir hábitos de alimentación saludables que sean fáciles de sostener en el tiempo. Estudios han demostrado que mientras más estricto es el plan de alimentación para un paciente, más difícil es su mantención a largo plazo”, asegura.

El cerebro necesita azúcar para funcionar: Verdadero. “El principal combustible para el cerebro es la glucosa, y el cerebro da cuenta de alrededor del 25% del consumo total de glucosa del cuerpo humano. La glucosa llega al cerebro mediante un aporte constante desde el torrente sanguíneo. Cuando el consumo de carbohidratos es muy bajo, el cuerpo termina sintetizando glucosa a partir del glucógeno (almacenado en el hígado o músculos) y, por último, en ausencia de glucosa, se puede adaptar para usar los cuerpos cetónicos como combustible”, señala.

Es alta en colesterol: Falso. “No necesariamente, ya que el aporte de colesterol depende del tipo de ácidos grasos que se consumen. El colesterol se encuentra principalmente en alimentos de origen animal”, afirma.

La dieta baja en carbohidratos produce beneficios: “Las dietas bajas en hidratos de carbono pueden producir beneficios en términos de la reducción de peso, especialmente cuando también presentan un adecuado aporte proteico, ya que de esa forma favorecen una menor pérdida de masa muscular, generar mayor saciedad y permiten una mayor adherencia a largo plazo”, indica.

Quedando claro qué es mito y qué es verdad sobre la dieta cetogénica, no olvides que cualquier tipo de alimentación restrictiva debe ser prescrita y supervisada por un profesional.

LOS SIETE MITOS DE LA DIETA CETOGÉNICA

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