Si un niño rompe en llanto, hace una pataleta o grita cada vez que está en presencia de un perro u otro estimulo que lo inquiete, por ejemplo, puede que su comportamiento sea una manifestación conductual asociado a fobia.
“La fobia es un cuadro profundo y complejo, no es un simple miedo, es más bien sentir pánico que incluso puede llegar a paralizar”, comienza aclarando Ana María Rivera, psicóloga del Centro de Terapia del Comportamiento y magister en psicología clínica infanto juvenil. Según sus palabras, el miedo es algo más bien cotidiano que se espera en las distintas etapas del desarrollo y que no es persistente en el tiempo, no genera un mayor malestar en el niño/a. “Sin embargo, la fobia es persistente y provoca una respuesta de malestar en el niño más contundente e intensa y que, generalmente, dura más de seis meses”, precisa la profesional.
Las fobias surgen desde los miedos intensos a algo o a alguien, lo que genera altos niveles de ansiedad y, por ende, se transforma en un malestar general que altera el comportamiento y el desarrollo del niño/a. “Las manifestaciones más comunes pueden ser: llanto, pataletas, inhibición, constante búsqueda de abrazos, no querer estar solos, entre otros”, describe Ana María Rivera.
Fobias según etapas
En la primera infancia, hasta los 5 a 6 años aproximadamente, los niños suelen experimentar fobias específicas tales como:
Luego, en la etapa escolar, algunos de estos estímulos de miedo persistente pueden ser cosas que ven en sus dispositivos móviles o situaciones, tales como:
Pero ¿por qué un niño desarrolla fobia? “Los gatillantes son los mencionados anteriormente como ejemplos. Sin embargo, cabe destacar que existen miles de estímulos que pueden desencadenar fobias, los estudios actuales plantean que hay cierta predisposición genética a desarrollar algún tipo de fobia. Además, se deben tener en cuenta la personalidad del niño/a, se observa que niños/as retraídos, inhibidos/as y tímidos/as son más proclives a desarrollar fobias”, plantea la psicóloga.
Abordaje y tratamiento
Si el niño o niña presenta un trastorno ansioso como la fobia según lo descrito, que altera su comportamiento y su desarrollo, la sugerencia inicial es consultar con un psicólogo infantil. Este evaluará los gatillantes y estímulos que generan la fobia y luego entregará técnicas y estrategias específicas de manejo a los padres o adultos que cuidan al niño/a. “Es importante señalar que, dependiendo de la edad, existen casos en los que las fobias desaparecen debido al avance del desarrollo global y especialmente neurológico, es por esto que siempre será muy importante consultar con un especialista, el tipo de tratamiento ideal desde la psicología es el tratamiento cognitivo conductual”, aclara Ana María.
En una segunda instancia se puede evaluar y tratar la fobia con un médico psiquiatra, de ser necesario el uso de medicamentos como por ejemplo ansiolíticos, u otro tipo de psicofármacos, debido a la intensidad y persistencia de los síntomas. Psicólogos y psiquiatras infantiles son profesionales de apoyo para desarrollar un tratamiento multidisciplinario que, principalmente, apunta a enseñar y desarrollar herramientas a los padres y a los niños para superar la fobia.
Tips para los padres o cuidadores
La psicóloga sugiere las siguientes estrategias y consideraciones para guiar, apoyar y contener a un niño/a que sufre de fobia.
Recuerda que la fobia en los niños es un trastorno complejo y persistente, no un miedo simplemente, lo importante es que ellos sientan que están protegidos y contenidos.