Uno de los muchos aspectos positivos de la temporada primavera-verano es que con el calor aumentan las ganas de consumir alimentos frescos y livianos. Si este es tu caso, aprovecha la instancia para aumentar el consumo de ensaladas y tratar de mantenerlo durante todo el año. Si además agregas un trozo de queso de cabra, como es el caso de nuestra receta, aumentarás el aporte nutricional de tu plato.
Carolina Díaz, nutricionista del Centro Terapéutico Hiperfoco, comenta: “El queso de cabra tiene bajo aporte de calorías por porción, es una buena fuente de proteínas de alto valor biológico, lo que nos ayuda a cumplir nuestros requerimientos diarios proteicos aportando aminoácidos esenciales”.
Además, la nutricionista agrega que este alimento contiene zinc, vitaminas B1, B2 y B3, vitamina B12 y magnesio. “También es rico en calcio y vitamina D, que son importantes nutrientes para la salud ósea, inmunidad y salud mental”, sostiene.
Un dato no menor para aquellas personas con intolerancia a la lactosa es que el queso de cabra tiene un menor aporte que la leche y puede ser mejor tolerado.
Por último, Carolina Díaz advierte que muchos quesos, incluido el de cabra, pueden ser altos en sodio, lo que podría contribuir a la hipertensión arterial si se come en exceso. Por lo tanto, lo aconsejable es consumirlo con moderación.
Ingredientes (para 4 porciones):
Vinagreta
Preparación: Lava la rúcula y colócala en una ensaladera. Luego, agrega las frutillas muy bien lavadas y cortadas en láminas delgadas, pica las nueces con las manos y espárcelas sobre el resto de los ingredientes. Corta el queso en trozos pequeños y añádelo a la ensalada.
En un recipiente aparte, agrega los ingredientes de la vinagreta, revuelve para emulsionar y viértelo en la ensalada en el momento de servir. ¡Te enamorarás de esta preparación!