La sal de mesa o sodio, si bien no es un alimento, sí es parte de la alimentación diaria para sazonar las comidas, pero debemos consumirla con moderación.
Por sí sola o como ingrediente de diversos alimentos procesados, la sal es un estimulante del alza de la presión arterial, ya que el sodio produce la retención de líquidos en el organismo, lo cual ocasiona el aumento del volumen de sangre y, por tanto, de la presión arterial. “El consumo de sal en exceso es directamente proporcional al aumento de la presión arterial”, advierte Rosario Rivano, académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás.
La docente menciona algunos de los alimentos que provocan el alza de la presión arterial y explica el por qué de este efecto:
Alimentos enlatados, “por su contenido de sodio o concentración de dicho micronutriente, que impacta directamente en niveles de presión arterial, provocando la elevación de ésta. Por ejemplo, pescados enlatados y también frutas en conserva”, dice Rosario Rivano.
Embutidos como salchichas, salame, chorizo, entre otros. Al igual que los alimentos enlatados, los embutidos contienen altos niveles de sodio.
Productos alimenticios ultra procesados como nuggets de pollo, de pescado, ketchup y hamburguesas, los cuales contienen un alto porcentaje de grasa, sal y azúcares dentro de sus ingredientes, “por lo tanto, impactan directamente en el estado nutricional, promoviendo una mal nutrición por exceso y aumento de la presión arterial”, advierte la profesional.
Está demostrado que una reducción de alimentos altos en sodio mejora los niveles de presión arterial. “Pero se debe considerar el estado general del paciente. En este sentido, se deben evitar los grupos de alimentos que puedan subir la presión arterial si preexisten otras patologías crónicas de riesgo, como diabetes y dislipidemia, obesidad, además de la hipertensión”, señala la académica.
¿Se debería excluir los alimentos altos en sodio en la dieta de la población hipertensa? “Si, definitivamente. Los riesgos de desarrollar hipertensión y no tratarla íntegramente, considerando la alimentación como parte fundamental del cuidado, puede traer consecuencias graves a mediano plazo como, por ejemplo, un evento cardiovascular o un infarto al miocardio en el mediano plazo. Un paciente diagnosticado con hipertensión, además, puede tener otros factores o hábitos de riesgo como el tabaco y consumo de alcohol, los que impactan negativamente en el estado general de salud”, advierte Rosario Rivano.
En relación a las pautas nutricionales, la nutricionista aclara que son particulares, especificas e individuales. “Si bien existen indicaciones generales para la población hipertensa, la sugerencia es revisar caso a caso”, dice.
Alternativas saludables
En general, para todas las personas es aconsejable privilegiar el consumo de frutas, verduras y preparaciones caseras en reemplazo de los alimentos ultra procesados. En el caso de la sal, Rosario Rivano propone: “Las especias, que son sustancias vegetales aromáticas, pueden colaborar en disminuir el uso de sal”.
Cabe destacar que el consumo de fibra, a través de la incorporación diaria de frutas y verduras, estimula el descenso de la presión arterial, “debido a la liberación de óxido nítrico, que actúa como un potente vasodilatador”, precisa la docente.
Recuerda que la hipertensión arterial es una enfermedad que puede provocar un infarto o accidente cerebro vascular, por lo que es clave evitar alimentos que suben la presión, como aquellos altos en sodio.