Aunque muchas personas lo desconozcan, los ojos también pueden deshidratarse, lo que se conoce como el síndrome del ojo seco. Esta resequedad ocular puede ocurrir a causa de un déficit en la adecuada lubricación ocular, ya sea por una falta de lágrimas o por condiciones en las cuales la lágrima no posee las características apropiadas para mantener una adecuada humectación de la superficie.
Esta afección, por lo general, produce una sensación de arenilla, de ojos ásperos, de tener cuerpo extraño en los ojos, dolor ocular, ojos rojos, episodios de visión borrosa y fotofobia, entre otros síntomas.
El oftalmólogo Andrés Torres, de la Unidad de trauma ocular del Hospital del Salvador indica que hay enfermedades sistémicas que ocasionan la aparición del ojo seco, como el síndrome de Sjögren, que es un trastorno del sistema inmunitario, cuyos síntomas más comunes son ojos y boca secos. También la artritis reumatoidea, el lupus o la esclerodermia; esta última considerada entre las enfermedades raras, que genera el endurecimiento y tirantez de la piel. “Existen, además, condiciones ambientales que propician la resequedad ocular, como el uso de aire acondicionado y la exposición a ambientes con poca humedad ambiental. No podemos dejar de mencionar el ojo seco secundario, que resulta a causa de una disminución de la frecuencia de parpadeo y que se da, en general, en pacientes con periodos de lectura prolongada”, señala.
El especialista afirma que si bien un ojo levemente seco no tiene grandes consecuencias, en casos más severos se puede asociar a enfermedades de la superficie ocular más graves, como úlceras corneales, queratitis, baja de visión o, incluso, perforaciones corneales.
El aporte del Omega 3 DHA a la lubricación ocular
Rodrigo Valenzuela, Doctor en Nutrición y Alimentos y Profesor del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile indica que diversos estudios apuntan a que el Omega 3 DHA ha demostrado que, además de ser un aporte fundamental en el desarrollo de la agudeza visual en los primeros dos años de vida, sería beneficioso para prevenir la deshidratación ocular. “El Omega 3 DHA se encuentra en altas concentraciones en la retina. Y se ha demostrado que la suplementación con este ácido graso disminuye la inflamación ocular, lo que favorecería a que el ojo recupere su lubricación normal y evitaría, por tanto, que se seque”, explica.
El experto agrega que para obtener resultados, los estudios sugieren dosis altas de 1 a 2 gr diarios de Omega 3 en un período superior a seis meses. “Con estas dosis se logran ver los efectos clínicos y las personas, con el tiempo, comienzan a usar menos lagrimales para hidratar, por ejemplo. Además, mejora su calidad de vida, ya que los ojos se les irritan menos, dejan de sentir esa especie de arenilla o que algo les molesta”, advierte.
Cómo evitar la resequedad ocular
Ya sabes, sigue estas medidas para evitar los molestos síntomas del ojo seco, los cuales terminan afectando, además, tu calidad de vida.