“Más sano que una manzana”, dice el antiguo refrán. Y no está muy lejos de la realidad porque esta fruta que se da todo el año y cuya temporada estrella es justamente el otoño, ofrece beneficios para la salud.
Dana Bortnick, nutricionista de Clínica INDISA, comenta que las manzanas aportan muy pocas calorías, producen saciedad y contienen una buena cantidad de fibra lo que ayuda a combatir el tránsito lento. Además, los diversos tipos de fibra que aporta esta fruta contribuyen a que el azúcar de los alimentos no se absorba tan rápido, lo que favorece el control de la glicemia.
“Todo ello contribuye a que la manzana sea una excelente opción para las personas que quieran mantener su peso”, sostiene.
También protege contra las enfermedades cardiovasculares, ya que su fibra ayuda a disminuir la absorción de grasas provenientes de algunos alimentos.
“También aporta cantidades importantes de flavonoides diversos los que cumplen una acción antioxidante y antiinflamatoria, lo que ayuda a reforzar el sistema inmune”, agrega.
Este último beneficio es uno de los motivos por los cuales recomendamos esta receta para quienes presentan dolor de garganta por amigdalitis o faringitis. Además, es un postre suave y fresco, lo que favorece su deglución.
Ya lo sabes, busca tus manzanas y ¡manos a la obra!
Ingredientes
3 manzanas grandes
Jugo de limón (1 unidad)
agua
1 rama de canela
1/2 cucharadita de vainilla
Preparación
Pela las manzanas y córtalas en trozos medianos. Colócalas en una olla junto con el jugo de limón un poco de agua, la canela y vainilla. Cuécelo por unos 30 minutos a fuego medio. Una vez que hierva baja el fuego y tapa la olla. Cuando la manzana ya esté blanda, retírala de la olla y muélela con un aplasta papa, u tenedor o, si prefieres, procésala. Una vez fría, guárdala en el refrigerador y ya estará listo tu postre. ¡Rico, fácil y rápido!