Los niños son los más propensos a sufrir enfermedades respiratorias durante el invierno, debido a que su sistema inmunológico es más inmaduro en comparación con los adultos; por tanto, tienen menos defensas frente al contagio de los virus respiratorios y favorecidos por bajas temperaturas, lluvia y viento, propios de esta estación del año.
¿Pero cuáles son las enfermedades de invierno que más suele afectar a los menores? El Dr. José Cofré, pediatra-infectólogo y ex presidente de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf), indica que son las infecciones respiratorias agudas (IRA) altas y bajas. Las primeras comprenden el resfrío común, la faringitis/amigdalitis y la laringitis. Las bajas incluyen la traqueobronquitis, bronquitis obstructiva y neumonía. “Las causas de estas infecciones respiratorias agudas son mayoritariamente virales, en especial en niños bajo 4 a 5 años de edad, como son los casos de rinovirus, adenovirus, virus parainfluenza, virus respiratorio sincicial y virus influenza. Quien estornuda, tose, grita, bosteza o besa a otro estando afectado por una infección respiratoria, expele saliva en gotitas y aerosoles alcanzando distancias superiores a un metro, con grandes posibilidades de contagiar”, explica.
Las patologías y sus síntomas dependen del sector del árbol respiratorio afectado en cada caso:
- Resfrío común: nariz y faringe. Se presenta con estornudos, mucosidad nasal acuosa, ardor faríngeo. Duración: una semana.
- Faringitis/ amigdalitis: amígdalas y faringe, sin embargo, en niños bajo 3 a 4 años, las amígdalas están escasamente desarrolladas y esos pacientes en general no presentan amigdalitis. La faringitis se manifiesta con ardor faríngeo y dolor para tragar alimentos, a veces dolor de oídos, fiebre en los días iniciales y rechazo de alimentos. Con relación a la amigdalitis, además de presentar los síntomas ya señalados, se agrega dolor abdominal y/o vómitos, mal aliento y las amígdalas pueden tener un color blanquecino.
- Laringitis: afecta a las cuerdas vocales (laringe). Esta patología causa ronquera o disfonía y afonía por inflamación de las cuerdas vocales. En casos extremos, se presenta dificultad respiratoria.
- Traqueobronquitis: La tráquea se localiza detrás del esternón y los bronquios detrás de las costillas. Se presenta con tos frecuente y producción de secreciones que cambia su aspecto al cabo de algunos días, desde un tono inicial grisáceo hacia un color verdoso/amarillento.
- Bronquitis obstructiva: afección de los bronquios, en que se aprietan dichos conductos aéreos y se pueden obstruir por espasmos en su musculatura y por acumulación de secreciones o flemas. Sus principales síntomas: respiración ruidosa como un silbido del pecho; tos frecuente, esfuerzo en botar el aire, aumento en la frecuencia respiratoria, dificultad para respirar y decaimiento. En los casos más graves el paciente está “concentrado en respirar”, se alimenta escasamente y duerme en forma interrumpida. “Es propio de lactantes bajo 6 a 12 meses de edad afectados por el virus respiratorio sincicial que experimentan un comienzo con fiebre y como resfrío común, evolucionando tras dos o tres días hacia la obstrucción bronquial, lo que se denomina, en este caso, bronquiolitis epidémica asociada al virus respiratorio sincicial”, explica el Dr. Cofré.
- Neumonía: afección del pulmón. Se reconoce en el curso de una infección respiratoria aguda como un deterioro en el estado general del paciente, al cabo de 3 o más días de síntomas altos, manifestado por fiebre alta, decaimiento, rechazo de alimentos, aumento en la frecuencia respiratoria e intensidad de la tos, palidez, quejido respiratorio, dolor abdominal y vómitos.
El especialista advierte que con frecuencia una enfermedad respiratoria aguda comienza en la parte alta y, luego de unos días, puede migrar en forma descendente hasta convertirse en una afección baja. “Esto lo viven con mayor frecuencia los niños pequeños, especialmente si son afectados por el virus respiratorio sincicial. Por su naturaleza singular, y a toda edad, la influenza se inicia como una IRA alta y prontamente desciende a tráquea, bronquios y con frecuencia alcanza al pulmón, de allí su potencial gravedad”, advierte.
Principales tratamientos
- Dentro de las infecciones respiratorias, lo más habitual es el resfrío común, el cual estará resuelto con o sin medicamentos en 7 días. En pacientes con condición de alergia respiratoria previa, puede prolongarse por dos o más semanas. “Hay que tener presente que en lactantes bajo 12 a 24 meses, no deben usarse medicamentos sin la recomendación de un médico”, advierte.
- Medidas generales no farmacológicas, en caso de malestar: reposo en casa en caso de malestar mayor, abrigo apropiado o, por el contrario, desabrigo si se presenta fiebre. Mantener hidratación frecuente, alimentación según tolerancia. “El reposo en cama es una saludable medida si existe malestar general y/o fiebre; no es prudente enviar al colegio o sala cuna/jardines infantiles a un niño que cursa una infección respiratoria febril, hasta estar al menos 24 horas sin fiebre”, indica.
- En caso de temperatura corporal axilar sobre 38°C: es recomendable el uso de paracetamol en dosis adecuadas. Y no olvidar el aporte de alimentos y líquidos fríos con frecuencia: jugos, helados, jaleas.
- Expectorantes y sedantes de la tos: preparados farmacéuticos como ambroxol, bromhexina, carbocisteína o extraídos de hierbas, sólo en caso de tos acompañada de mucosidad y a partir de los 3 a 4 años de edad, señala el especialista.
- Descongestionantes: no deben usarse descongestionantes antes de 2 o 3 años de edad ni sedantes de la tos antes de 5 a 6 años de edad.
- Broncodilatadores: sólo indicados por médico en caso de obstrucción bronquial.
- Antibióticos: serán indicados por el médico ante la aparición de sobreinfecciones bacterianas de una IRA de causa inicial viral como serían: una otitis media aguda, sinusitis aguda, neumonía o si se presenta una amigdalitis bacteriana.
Para el infectólogo, una buena manera de evitar las enfermedades de invierno es la prevención. Para ello recomienda:
- Abrigar a los niños e impedir que se expongan al frio sin la ropa adecuada.
- No jugar con agua fría ni realizar actividades en contacto directo con el pasto frío y húmedo.
- Fundamental ventilar dormitorios y habitaciones, en general, temprano en las mañanas.
- Cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar, recurriendo al pliegue del codo y no la palma de la mano. Usar mascarilla, con el debido recambio diario.
- Vacunas. Sólo en el caso específico de la influenza existe una vacuna indicada a partir de los 6 meses hasta escolares de 5to básico.
Ya sabes, entonces, a cuidarte y a proteger a los más pequeños. Recuerda que hay factores ambientales que favorecen la adquisición de una infección respiratoria: el frío, escaso abrigo, el hacinamiento y poca ventilación de viviendas, tabaquismo y contaminación atmosférica como el smog.