Las vacaciones siempre han cumplido una función fundamental, ya que son necesarias para nuestra salud física y mental. Darse un tiempo para uno mismo resulta vital, sobre todo en estos tiempos de pandemia, de mucho estrés y ansiedad. Necesitamos hacer un alto de vez en cuando para poder conectarnos con el descanso y actividades placenteras, compartir con nuestros cercanos, romper con la rutina diaria para poder recargar energías y volver con mejor estado a retomar nuestras responsabilidades.
Camila Jalilie, psicóloga de Cetep, explica que los últimos dos años han sido desgastantes para el país, lo que genera un estado de incertidumbre y estrés constante en las personas, lo que hace indispensable detenernos un rato. “Estamos continuamente en estado de alerta, resolviendo problemas y preparados para cualquier ´amenaza´ que pueda aparecer. Esto hace que nuestro cortisol (hormona del estrés) esté muy alto, provocando un sinfín de problemas físicos y mentales que pueden manifestarse como ansiedad,
irritabilidad, problemas en el sueño, en la alimentación, en las relaciones, en el trabajo, fatiga, dolores de cabeza, entre muchos otros. Existe un agotamiento a nivel mental y físico para lo que es necesario tomarse una pausa. Y es realmente importante que en ese momento, logremos desconectarnos de la rutina del trabajo y conectarnos con nuevos temas que nos alejen del día a día”, aconseja.
¿Qué tanto logramos desconectarnos en vacaciones?
De acuerdo a la experiencia clínica de la psicóloga, muchos chilenos no logran desconectarse totalmente en sus vacaciones. Según indica, hay estudios que afirman que son necesarias mínimo entre 2 y 3 semanas para lograr una desconexión efectiva, ya que es difícil que nuestro cerebro entienda de un día para otro que no debe preocuparse de resolver responsabilidades del trabajo. “Este proceso requiere de días, semanas, para poder conectarse con el descanso y actividades placenteras. Además, los días previos a la vuelta de la rutina, suelen estar marcados por una angustia de tener que retomar nuestras labores y ahí también nos desviamos del gozar el momento presente. Lo más importante para lograr una sana desconexión, es aprender a conectarnos con el ahora: si estamos en nuestra cama viendo una película o en la playa disfrutando del sol, poder sentir realmente ese momento sin pensamientos intrusivos del pasado o del futuro. Para esto es muy bueno la práctica de mindfulness”, indica.
Consejos para una desconexión total
Las vacaciones son siempre necesarias y, para la gran mayoría, el verano es el momento de tomarlas. Recuerda planificarte bien y, sobre todo, seguir estas recomendaciones para un descanso y desconexión total.