Así como la diabetes es la epidemia del siglo XXI, otra enfermedad asociada a ésta también tiene una sostenida alza en todo el mundo. Es el hígado graso, una patología que afecta a tres de cada 10 personas, sobre todo a quienes sufren obesidad, diabetes e insulino resistencia.
El hígado graso es una enfermedad que provoca una serie de alteraciones hepáticas, principalmente una acumulación excesiva de grasa en las células del hígado. Sus causas principales son dos: el consumo excesivo de alcohol y alteraciones metabólicas, como el caso de la resistencia a la insulina.
Como la mayoría de los casos son por causa metabólica, no beben alcohol, o lo hacen en cantidades mínimas, se ha utilizado el término hígado graso no alcohólico (HGNA) para identificar la causa más frecuente de esta patología, según explica el Dr. Marco Antonio Arrese, gastroenterólogo Red de Salud UC CHRISTUS.
Epidemia
Como el hígado graso es una condición estrechamente vinculada a la obesidad y la diabetes, su frecuencia actual está alcanzando proporciones de una epidemia. “Se estima que el 30% de la población general presenta esta condición. Puede afectar a personas de todas las edades, está en aumento en niños y adolescentes, pero se observa con mayor frecuencia a partir de la tercera década de la vida. Afecta más a hombres, aunque las mujeres aumentan su riesgo después de la menopausia”, señala el especialista.
Principales riesgos
Cuando el hígado graso se prolonga por muchos años, según explica el Dr. Arrese, puede progresar hacia la cirrosis hepática, que es una etapa avanzada de la enfermedad, aunque ello ocurre en una minoría de las personas con esta patología.
Así también, el hígado graso está asociado a una mayor de frecuencia de riesgos a la salud, tales como:
Enfermedad silenciosa
Esta patología no produce síntomas, “por lo que es considerada una enfermedad silenciosa, por lo tanto, en algunos pacientes el hígado puede dañarse en forma inadvertida por años o décadas”, comenta el Dr. Arrese.
Por este motivo, el hígado graso suele diagnosticarse por casualidad, cuando se detecta por exámenes indicados por otra causa como, por ejemplo, una ecografía abdominal. “Una vez realizado el diagnóstico de hígado graso algunos pacientes pueden requerir la realización de una biopsia hepática. Por ello, los pacientes con esta patología deben ser evaluados por un médico especialista, como el hepatólogo”, relata el Dr. Arrese.
Prevenir con dieta sana y ejercicio
Lamentablemente, en la actualidad aún no se dispone de tratamientos farmacológicos que sean efectivos para tratar el hígado graso. Sin embargo, existe una activa investigación en medicamentos para esta enfermedad, “por lo que se espera que en los años venideros existan terapias farmacológicas efectivas para esta condición”, afirma el profesional.
Por ahora, la indicación médica para el hígado graso consiste en la prescripción de estilos de vida saludables. Por ello, el especialista de Red Salud UC CHRISTUS recomienda las siguientes medidas:
Recuerda que el hígado graso es una enfermedad hepática frecuente y en alza. Como es asintomática y aún no hay medicamentos efectivos para tratarla, sólo se puede prevenir y controlar con estilo de vida saludables.