El consumo de alcohol en los jóvenes ha tenido un aumento progresivo que preocupa. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud (2016-2017) realizada por el Minsal, si se analiza la ingesta por edad, los adolescentes y adultos jóvenes entre 15 y 24 años, beben más que el resto de la población. Y la edad de inicio promedio es a los 13,8 años.
¿Qué lleva a los jóvenes a tomar más alcohol de la cuenta? Valeska Woldarsky, psicóloga infanto juvenil y magister en psicología clínica de la Pontificia Universidad Católica explica que la adolescencia es una etapa de riesgos en términos psicológicos, sociales y biológicos; hay una omnipotencia, es decir, no se sienten vulnerables y hay una baja percepción de riesgo. Por otro lado, es un periodo en que se tienen importantes cambios a nivel hormonal y emocional, que los puede llevar a recurrir al consumo de alcohol para apaciguar emociones y sensaciones disruptivas que no pueden manejar.
“Además de lo anterior, muchas veces la ingesta de alcohol pasa a ser una herramienta para hacerse parte del grupo de pares, que los conduce a hacer cosas que no harían en su estado normal y tomando decisiones que implican riesgos. No olvidemos también que en la adolescencia se explora y experimenta nuevas situaciones, emociones y experiencias, que lleva a los jóvenes a indagar qué ocurre cuando beben y así iniciar el consumo de alcohol u otras sustancias a temprana edad”, explica.
Principales factores de riesgo
Efectos del alcohol en adolescentes
La especialista agrega que cuando la ingesta de alcohol se transforma en excesiva, además de generar dependencia y adicción, presenta otros riesgos. “A nivel físico produce problemas hepáticos, cardiovasculares y digestivos; se agudiza la pérdida de memoria, hay dificultad de aprendizaje y demencia. Los adolescentes se ven cada vez más enfrentados a conductas de riesgos, participación en riñas, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y mayores probabilidades de verse involucrados en accidentes”, advierte.
¿Cómo ayudarlos a salir del consumo?
Para ayudar a los jóvenes a salir del consumo habitual de alcohol, la psicóloga señala que lo primero es reconocer algunos signos de alerta, tales como: una baja significativa en el rendimiento académico, pérdida de memoria, dificultades de aprendizaje y de concentración. En lo social, el alcohol se vuelve la única manera que tienen para relacionarse de manera cómoda con sus pares, hay cambio en su grupo de amigos. Y en lo familiar, reacciones alteradas, impulsivas y agresivas con los cercanos, y mentiras constantes asociadas a la ingesta de alcohol.
“Luego de reconocer las señales, se deben activar redes de apoyo. Una manera es recurrir a centros especializados que puedan gestionar y ayudar a resolver la situación. Tanto padres como cuidadores deben solicitar orientación a profesionales de la salud para poder ayudar de manera óptima a los adolescentes. Se deben evitar juicios y castigos, y optar por crear un ambiente de confianza. Lo importante es tener claro que si hablamos de un consumo sistemático y sostenido en el tiempo, no debemos apelar a la voluntad del adolescente, ya que la adicción es una enfermedad que no se cura sólo con voluntad”, asegura.
Consejos para prevenir el alcoholismo en adolescentes
Es fundamental que a nivel familiar, el alcohol no sea un tema tabú y que desde temprana edad se enseñe a los adolescentes los riesgos y las implicancias de su consumo.