El invierno y la lluvia invitan a quedarse en casa comiendo algo rico y dulce. Y qué mejor que consumir ocasionalmente este turrón blando de almendras y miel que tiene como protagonista principal este milenario fruto seco de alto valor energético y nutricional.
“Las almendras son ricas en fibras, proteínas, vitaminas B y E, grasas saludables y minerales como hierro, calcio y fósforo. Además de ayudar a controlar el apetito por su efecto saciante, su aporte de grasas Omega 3 y Omega 6, junto con su contenido en fibra, las convierten en excelentes aliadas para prevenir enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares”, indica Dana Bortnick, nutricionista de Clínica INDISA.
La profesional agrega que, por su alto contenido de fósforo y magnesio, las almendras también ayudan a tener dientes y huesos fuertes. Junto con ello, combaten los radicales libres, mejoran el sistema inmunitario y fortalecen y protegen las paredes de las arterias.
“La miel, en tanto, es conocida por sus propiedades antisépticas, antioxidantes y antinflamatorias y por estimular el sistema inmune”, señala la profesional.
Vamos entonces por esas almendras y miel, y a preparar esta nueva y deliciosa versión de turrón de invierno
Ingredientes
2 tazas de almendras sin piel, tostadas y molidas como harina
1 clara de huevo
4 cucharadas de miel
1 cucharada de endulzante
Ralladura de un limón
Preparación
Separa la clara de la yema y bate la clara a punto de nieve. Aparte, en una olla, calienta la miel y, una vez que esté líquida, agrega el endulzante y la ralladura de limón. Retira del fuego e incorpora la clara batida con movimientos envolventes para que se integre todo. A continuación, agrega de a poco la harina de almendras hasta lograr una mezcla homogénea.
En un molde rectangular de silicona, coloca la mezcla y lleva al refrigerador por 6 horas. Desmolda, sirve en trozos ¡y a disfrutar!