Cómo saber si estás deshidratado
Cada verano y cuando el termómetro se encamina a los 40°C, nuestro cuerpo sufre los efectos del calor. Uno de ellos es el riesgo de deshidratación, una condición que puede prevenirse con dos medidas básicas: beber abundante agua y evitar la exposición directa al sol.
“La deshidratación se entiende como la pérdida de agua corporal, con o sin pérdida de electrolitos, en una cantidad mayor de lo que el cuerpo puede reemplazar”, precisa el Dr. César Kalazich, especialista en Medicina Deportiva de Clínica MEDS.
Además de la deshidratación por calor extremo o esfuerzo físico, otras causas de deshidratación son las infecciones intestinales que cursan con diarrea y vómitos, o también enfermedades como insuficiencia cardíaca o insuficiencia renal. En tanto, los grupos de riesgo principales de deshidratación son los lactantes, preescolares y personas de la tercera edad avanzada quienes, en general, toman poca agua.
¿Cómo darse cuenta de que estamos deshidratados?
El cuerpo nos avisa de distintas formas de que ha sufrido una pérdida significativa de agua. Tales síntomas varían según los grados de deshidratación, que puede ser leve, moderada o severa.
“La deshidratación leve genera malestar, sed, sensación de hormigueo o pinchazos (parestesias), calambres, sequedad de mucosas. La deshidratación moderada empieza a afectar el funcionamiento de varios órganos y síntomas como cefalea, náuseas, confusión mental, baja producción de orina (oliguria), calambres, desmayo, mayor sequedad de mucosas y piel; en el caso de la actividad física o deporte lleva a la disminución del rendimiento. Y la deshidratación severa puede generar compromiso de función de varios órganos, compromiso de la conciencia hasta el coma, y eventualmente la muerte”, detalla el Dr. César Kalazich.
Beber agua según nuestro peso
La forma más elemental y efectiva de prevenir la deshidratación es beber agua a diario, en una cantidad suficiente. Según recomienda la OMS, una ingesta adecuada de agua debiera ser de 30-35ml/kg a diario.
- Según la indicación de la OMS, una persona de 70 Kg de peso debiera beber a diario 2,5 litros de agua. En tanto, una persona de 90 kilos de peso debiera consumir más de 3 litros de agua cada día.
Sin embargo, en días de calor extremo la cantidad recomendada de consumo de líquido debe incrementarse. “Las condiciones climáticas son importantes a la hora de considerar hidratarse. En zonas muy calurosas, la ingesta debe ser mayor, hidratarse con, al menos, 3-4 litros diarios”, afirma el especialista de MEDS.
Tips para mantener la hidratación
Así también, el Dr. Kalazich entrega algunas sugerencias simples para mantenerse hidratado en días de altas temperaturas:
- Evitar exponerse directamente al sol.
- Si realiza alguna labor que requiere esfuerzo físico, debe hidratarse muy seguido, 100-200ml por hora.
- Enfriarse con agua helada o hielo en zonas del cuerpo como axilas, región inguinal, cuello y cabeza.
“La transpiración es una forma que tiene el cuerpo de enfriarse, por lo que, si se evita tener exceso de calor, se pierde menos agua por transpiración”, señala el profesional.
Recuerda que la deshidratación comienza con síntomas como sed y sequedad de mucosas, aunque puede complicarse cuando se manifiesta con náuseas o desmayo. Beber al menos 2 a 3 litros de agua al día es clave para prevenirla.
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