Impactos del abuso en la salud mental y cómo salir adelante
Sea una agresión sexual, violencia física, psicológica u otra forma, el abuso es una experiencia traumática compleja de dimensionar. Por cierto, cualquier descripción puede resultar parcial, si se considera que sus impactos mentales y físicos son inconmensurables para las víctimas. Sin embargo, con apoyo profesional y del entorno más cercano, junto con capacidades personales, las víctimas pueden reconstruir sus vidas.
Flagelo global
En el mundo, según datos de ONU Mujeres, se estima que 736 millones de mujeres, casi una de cada tres, han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, de un tercero, o de ambos, al menos una vez en su vida.
En Chile, el 20,3% de las mujeres reportaron haber sufrido alguna agresión en 2024, según la V Encuesta Nacional de Violencia Contra la Mujer (ENVCM). Además, el estudio presentado por el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género aportó un nuevo indicador: Violencia gineco-obstétrica, en que el 29,6% de las encuestadas reconoció haberla sufrido.
Principales daños
Cualquier forma de abuso es potencialmente traumática y puede generar severos impactos en las víctimas, tanto en menores de edad como en adultos. “Este tipo de acciones pueden producir un daño potencial en la vida de los individuos, con grandes efectos en su salud mental y física, así como en sus relacionales interpersonales. El abuso puede ocurrir en cualquier etapa y sus efectos pueden ser duraderos en la vida de las víctimas”, señala el psicólogo Sebastián Corral, académico de la Universidad de La Serena.
En el caso de víctimas de abuso infantil, los daños son críticos para un desarrollo sano del menor. “Los niños y niñas que han sido víctimas de abuso suelen tener dificultades para relacionarse con otras personas, y tienden a desarrollar mecanismos defensivos que los afectarán a lo largo de su vida, aumentando la probabilidad de desarrollar algún trastorno mental”, afirma el psicólogo.
En el caso de víctimas adultas, existe relación entre la experiencia traumática del abuso con el desarrollo de depresión, trastornos de ansiedad, consumo de alcohol y sustancias, ideación suicida y suicidios, entre otros efectos en salud mental.
¡Se puede salir adelante!
Las consecuencias del impacto en salud mental provocadas por el abuso dependerán de la edad de la víctima, el género, la cultura y, en gran medida, de los factores protectores que pueda tener. Estos últimos son importantes y necesarios para sobrellevar de mejor forma estos impactos.
Por factores protectores debemos entender el contar con una red familiar y de amigos cercana, confiable, capaz de entregar la contención y el afecto necesarios, también desarrollar habilidades para enfrentar situaciones complejas o de estrés, entre otros recursos personales que ayuden a salir adelante.
“Dos personas que han sido víctimas del mismo tipo de abuso pueden reaccionar de formas muy diferentes, dependiendo de sus factores protectores biológicos, psicológicos y sociales. En lo psicológico y social, las personas que poseen una mayor capacidad para enfrentar el estrés y la adversidad, mayor autonomía, sentimientos de seguridad, mayor nivel educacional, mejores habilidades sociales y apoyo social de familiares y amigos, tienen mejores probabilidades de superar experiencias traumáticas abusivas”, precisa Sebastián Corral.
El impacto del apoyo psiquiátrico y psicológico
Además, la intervención oportuna de profesionales de salud mental es otro apoyo necesario. Por un lado, está el apoyo psiquiátrico y la medicación, para tratar los trastornos o enfermedades mentales asociadas al trauma. “Desde lo farmacológico, el objetivo es aminorar la respuesta fisiológica de malestar asociada a las experiencias de estrés. Sin embargo, no se puede atacar el origen de la experiencia”, plantea el profesional.
Desde el ámbito psicológico, explica Corral, estudios recientes plantean que una terapia exitosa para el estrés post traumático presente en víctimas de abuso debe sostenerse en tres fases: primero, seguridad y estabilización, luego revisión y reevaluación de los recuerdos del trauma y, por último, consolidación y transición a la vida en comunidad. “Los diversos tipos de psicoterapia existentes han demostrado utilidad en algunas de estas fases, tanto en población infantil, adolescentes y adultos”, afirma el psicólogo.
En particular, existen dos terapias psicológicas que han logrado mayor efectividad para el manejo de los impactos del trauma por abuso. Una es la Terapia de Desensibilización y Reprocesamiento por el Movimiento Ocular (EMDR por sus siglas en inglés) y la otra es la Terapia Cognitivo Conductual, centrada en el trauma, pudiendo utilizarse ambas de forma complementaria.
Recuerda que el abuso, en cualquiera de sus formas, genera complejos efectos en la salud mental, los que requieren de tratamiento psicológico y psiquiátrico, junto con el apoyo y contención del entorno.
También te puede interesar
IDEAL PARA EL OTOÑO: SALTEADO DE POLLO...
VITAMINAS: ¿PARA QUÉ SIRVEN Y EN QUÉ...
