Si te han diagnosticado rinitis alérgica o asma de origen alérgico, ten cuidado con el estrés. Estas enfermedades no sólo debes tratarlas con un especialista y controlar tu exposición a lo que te provoca alergia, como polen o ácaros, sino que también tendrías que prevenir o manejar situaciones estresantes o de ansiedad.
La sugerencia es oportuna en vista de la frecuencia tanto de las alergias como de los cuadros de estrés en la población, una relación compleja y que está siendo objeto de diversas investigaciones.
Estrés: factor gatillante de síntomas
Aunque el estrés no sería una causa de las alergias cutáneas y respiratorias, porque éstas provienen de trastornos originados en el sistema inmune, sí constituye un factor de riesgo para que estás patologías se manifiesten o agraven.
“Si bien no se puede afirmar que el estrés crónico per sé provoque alergia, la información de diversos estudios sugiere que el estrés crónico en individuos genéticamente susceptibles favorece la expresión de enfermedades alérgicas y también dificulta el control de estas patologías cuando ya están presentes”, sostiene la Dra. Rosa María Feijoo, inmunóloga clínica y coordinadora de jornadas científicas de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias (SerChile).
Rinitis y asma alérgicas
La Dra. Feijoo recuerda que las enfermedades alérgicas respiratorias incluyen la rinitis alérgica y el asma bronquial de origen alérgico.
“La más frecuente es la rinitis alérgica, que se debe a que el sistema inmune de los pacientes se hace sensible a alérgenos ambientales como los pólenes, polvo de habitación, caspas de animales, entre otros. Si bien no es una enfermedad que ponga en peligro la vida, sí es muy incómoda (por sus síntomas como secreción, picazón y congestión nasal) y empeora en forma importante la calidad de vida”, afirma.
En cuanto a cifras, si bien en Chile no hay estadísticas consistentes de ambas enfermedades, éstas presentan una prevalencia importante a nivel global. Como en Estados Unidos, donde la rinitis alérgica afecta al 10-30% de la población, mientras en el mundo más de 260 millones de personas sufren asma y más de 450.000 asmáticos fallecen cada año por esta enfermedad, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La inmunóloga de SerChile confirma la relación entre altos niveles de estrés y las enfermedades alérgicas, como las respiratorias. “En las últimas décadas se ha observado que el sistema nervioso y el sistema inmune se regulan recíprocamente, lo que ha generado el concepto de psicoinmunología. El estrés tanto físico como emocional tiene efectos en la respuesta inmune y puede activar las mismas células que se activan en una reacción alérgica”, detalla.
Autocuidado: manejo del estrés y control de las alergias
El control del estrés debiera ser una de las medidas de autocuidado para el manejo adecuado de patologías alérgicas. “Tanto el estrés crónico como la ansiedad y la depresión pueden afectar negativamente el control de las enfermedades alérgicas. Controlar el estrés negativo ayuda a mantener una mejor salud y en caso de la alergia se traduce en un mejor control de la enfermedad, pero es sólo un factor a considerar”, dice la especialista.
Por último, la Dra. Rosa María Feijoo enfatiza que las personas alérgicas deben concurrir a un médico especialista para que les haga un diagnóstico correcto e indique un tratamiento farmacológico y medidas de manejo ambiental, para controlar la exposición a los alérgenos.
Recuerda que las alergias se originan en una alteración del sistema inmune y que el estrés es un factor que puede gatillar los síntomas alérgicos, como los de enfermedades respiratorias como rinitis alérgica y asma alérgica.