Es tiempo de vacaciones, el uniforme del colegio y los cuadernos están guardados hasta marzo. Por delante los niños tienen dos meses para disfrutar todo el día como a ellos más les guste.
Con licencia para levantarse más tarde, jugar y realizar actividades recreativas, los niños disponen de muchas horas para estar en casa. Eso sí, los padres deberían guiarlos para que ocupen su tiempo con rutinas que les resulten entretenidas, aunque también sanas y constructivas para su desarrollo.
Guiar con flexibilidad
Así lo propone la doctora en psicología Susan Galdames, académica de la Universidad de La Serena: “Las planificaciones deben ser flexibles y en función de las características de nuestros niños. Cuidado con plantear actividades ‘ideales’ que no se ajusten al contexto de nuestra familia y comunidad. Por ejemplo, tratar de que los niños lean es una buena idea, pero no todos van a leer un libro tradicional, sino que debemos buscar entre sus inquietudes, ya sean historietas, información sobre lo que les interesa y no desvalorizar otras formas de obtener conocimiento”.
Según la psicóloga, la flexibilidad es fundamental en cómo los padres guíen a los hijos en su tiempo libre. Eso incluye dejarles espacios para el ocio o el aburrimiento, porque en ellos surge la creatividad y se estimula la autonomía. “Es importante que los niños administren su tiempo. Eso es lo bueno de las vacaciones, te abren espacios distintos al sistema escolar formal que les pautea todo”, propone.
Tiempos frente a pantallas
Uno de los pasatiempos favoritos de los menores es la entretención audiovisual, en pantallas como smartphone, juegos electrónicos o televisión. “En general, el tiempo de permanencia frente a estos dispositivos, debería estar en función de la edad y de las necesidades de los niños. Los periodos de descanso y actividad motora deben intercalar a los de pantalla. La autorregulación comienza con ayuda de los padres hasta que puedan ir definiendo sus tiempos ellos mismos”, indica Susan Galdames.
Conversar y compartir
También es importante que los padres, al volver a casa después del trabajo, compartan con sus hijos. “Debiéramos parar nuestra rutina de quehaceres e invitarles a ‘pasar el tiempo’ juntos sin obligaciones, conocer lo que cada uno piensa o cómo se siente. De ahí va a surgir la creatividad y la autoestima positiva”, enfatiza Susan Galdames.
Respecto a actividades que vinculen a la familia en casa, la académica señala: “Algo que les entretenga a ambos. Abrirse a solo ‘estar’ con los hijos, sin exigencias que a veces nos complican y cansan. A los niños les encanta ver bien a sus padres. Los abrazos son gratis, toman poco tiempo y nos recargan de energía. Hasta los hijos adolescentes los valoran, aunque se hacen los que ya son grandes”, concluye.
Recuerda que el tiempo libre de los niños en vacaciones es para que descansen y se entretengan, con licencias para hacer lo que más les guste e incluso aburrirse, porque ahí surge la creatividad.