Se tiende a pensar que la alergia y la intolerancia alimentaria son una misma cosa, sin embargo, a pesar de que se trata de una respuesta clínica anormal causada por la exposición a un alimento, a sus derivados o a uno de sus aditivos, la principal diferencia es el mecanismo u origen que las ocasiona.
La Dra. Laura Prieto, nutrióloga de Nuclinic explica que una alergia alimentaria implica un componente inmunológico, generalmente asociado al anticuerpo IgE y producido por el propio organismo, que se presenta tras la ingesta de un alimento. Por su parte, la intolerancia alimentaria es una respuesta clínica a un alimento, que no es mediado por un mecanismo inmunológico, sino por el déficit de enzimas que metabolizan un alimento,
asociado a componentes genéticos.
Causas de la alergia alimentaria
Causas de la intolerancia alimentaria
Según explica la especialista, la alergia alimentaria tiene manifestaciones clínicas que dependen del grado de la respuesta alérgica, independiente de la cantidad de alimento consumido, generando síntomas locales como gastrointestinales; o sistémicos, como una erupción cutánea generalizada, edema en labios y/o párpados. O síntomas de mayor compromiso general como inflamación de las vías aéreas y alteraciones cardiovasculares que pueden generar una anafilaxia, poniendo en riesgo la vida.
La intolerancia alimentaria, en tanto, tiene signos que pueden ser similares a la alergia alimentaria. La diferencia radica en que la intensidad de los síntomas depende de las dosis, es decir, a más cantidad de alimento consumido, mayor es la percepción de los síntomas que, por lo general, pueden ser del tipo gastrointestinal como distensión abdominal, dolor abdominal o flatulencias.
“La manifestación clínica de una intolerancia alimentaria está relacionada con el mecanismo que la genera. Por ejemplo, se observarán efectos gastrointestinales ante la ausencia o deficiencia de enzimas a nivel intestinal como la lactasa (digestión de la lactosa), fructasa (digestión de la fructosa), sacarasa (digestión de la sacarosa)”, afirma.
Tratamientos
La nutrióloga señala que para diagnosticar una alergia a un alimento se pueden hacer test en sangre; test en piel, donde se expone a alimentos
específicos y se observa si desarrollan una reacción alérgica in situ. Y también test de provocación, en que se expone al individuo a la ingesta/interacción con un alimento específico y se evalúa respuesta alérgica. Para las intolerancias alimentarias, también se cuenta con test en sangre, que buscan identificar deficiencias de una enzima. O test de aire espirado, que mide las
concentraciones de sustancias asociadas a la intolerancia alimentaria, como la lactosa, por ejemplo.
En cuanto a los tratamientos, la Dra. Prieto señala que actualmente en lo relacionado a las alergias alimentarias, una de las recomendaciones es la
introducción temprana de alimentos potencialmente alérgenos (5-11 meses de edad), lo que ha mostrado que podría proteger de desarrollar una alergia de este tipo. Con respecto al aspecto farmacológico, se pueden manejar con glucocorticoides y antihistamínicos, los cuales –advierte la doctora–deben ser siempre administrados bajo indicación médica, previo estudio de cada caso.
En relación a las intolerancias alimentarias, el principal tratamiento es evitar la ingesta de alimentos identificados como “pobremente tolerados”. También se puede usar la ingesta de las enzimas que están con déficit, como la lactasa, por ejemplo.
Recomendaciones generales
Ya sabes, ante la sospecha de tener alergia o intolerancia alimentaria, asiste a un especialista para que te oriente a confirmar o descartar alguna de estas patologías.