Dile adiós al “Dulce o travesura” si quieres niños sanos. El tradicional juego de Halloween no es un hábito saludable, pues el consumo excesivo de azúcar es uno de los mayores responsables de la obesidad y caries tempranas en la población infantil.
“Para prevenir de manera efectiva el sobre consumo de azúcares en niños, debemos partir de manera muy precoz. Lo primero es una buena lactancia materna, ese es uno de los mejores predictores para evitar la apetencia por azúcares. Y luego, no exponer a los menores al sabor dulce añadido, al menos en los dos primeros años de vida e idealmente por más tiempo. Por sabor dulce añadido entendemos el azúcar, los edulcorantes y la miel”, afirma el Dr. Francisco Moraga, coordinador de Subespecialidades Pediátricas del Hospital San Borja Arriarán.
Es el sabor dulce añadido, explica el pediatra, lo que condiciona la apetencia por alimentos endulzados y con más calorías, los que -de ingerirse de manera excesiva- generarán riesgos como sobrepeso, obesidad y deterioro de la salud dental. “Además, esta conducta de apetencia por los alimentos y bebidas azucarados en la infancia perdura y se mantiene hasta la adultez”, advierte el pediatra.
Enseñar con el ejemplo
Desde los dos o tres años y antes de que los niños adquieran sus hábitos alimenticios definitivos, que ocurre entre los cinco y siete años, la mejor manera de prevenir el consumo excesivo de azúcares es con el ejemplo de los adultos, como los padres o cuidadores.
A modo de tips, el Dr. Francisco Moraga propone las siguientes medidas:
“Debemos enfatizar con el ejemplo. Servirán de poco las medidas recién indicadas si cuando el papá o la mamá llegan del trabajo, abren el refrigerador y se toman una gaseosa o comen galletas dulces. Los adultos debemos ser consecuentes con lo que le enseñamos a los niños”, reitera el Dr. Moraga.
Recuerda que el azúcar es un gusto añadido, el cual se puede evitar en los niños de manera temprana, porque su consumo excesivo está asociado a obesidad infantil y caries prematuras.